martes, marzo 18, 2025
spot_imgspot_img

Top 5 This Week

spot_img

Related Posts

Mía y Lía Cueva: Las gemelas que sueñan con el Olimpo

En un mundo donde el deporte suele ser un ring de egos y reflectores, Mía y Lía Cueva Lobato emergen como un torbellino de talento puro y humildad, dos gotas de agua que caen juntas desde las alturas para salpicar de esperanza el clavado mexicano. A sus 13 años, estas gemelas jaliscienses se coronaron campeonas en el 1er Selectivo Nacional de Clavados rumbo al Mundial Juvenil 2025, celebrado del 28 de febrero al 2 de marzo en Guadalajara. Con 311.15 y 300.10 puntos, respectivamente, dominaron el trampolín de 3 metros como si fueran dueñas del aire y del agua. Pero esto no es solo una historia de medallas; es un cuento de pasión, raíces y un par de niñas que podrían ser el próximo gran capítulo de México en los Juegos Olímpicos.

El origen en un patio, una hermana y el vértigo

Imagina un patio en Jalisco, un trampolín casero y dos pequeñas de cabello revuelto mirando a su hermana mayor, Suri, volar desde la plataforma del CODE Jalisco. Así empezó todo para Mía y Lía, nacidas en 2011 en una tierra que respira clavados como si fuera oxígeno. No fue un capricho; fue un flechazo. A los 11 años, en los Nacionales CONADE 2022, ya cargaban 14 medallas entre las dos, 7 cada una, un botín que las puso en el mapa. 

“Me gusta la adrenalina, la felicidad de sacar ejecuciones nuevas”.

Confesó Lía en una charla con CONADE hace años, y esa chispa sigue encendida, ahora con el peso de un país que las mira.

Bajo la tutela de Iván Bautista, un maestro que ha forjado medallistas olímpicos como Alejandra Orozco y Paola Espinosa, las gemelas encontraron un guía que no solo les enseña técnica, sino alma. Suri, la hermana mayor, también clasificó a la Copa del Mundo 2025 junto a ellas, convirtiendo a la familia Cueva Lobato en un huracán que sacude las fosas. Pero no te equivoques, esto no es solo ADN privilegiado; es sudor, caídas y un amor por el vértigo que las hace únicas.

El selectivo

El 1er Selectivo Nacional en Guadalajara fue su escenario para gritarle al mundo que están aquí. En trampolín de 3 metros, categoría 12-13 años, Lía se colgó el oro con 311.15 puntos, seguida por Mía con 300.10 para la plata, dejando a Carolina Mendoza con el bronce. Días antes, en el trampolín de 1 metro, Mía tomó el oro y Lía el bronce, con Ana Camyla Monroy de Baja California Sur entre ellas. Los números son fríos, pero el espectáculo no; cada salto fue un latido, un desafío a la perfección que las llevó a la Súper Final de la Copa del Mundo 2025, también en Guadalajara, su fortaleza.

¿La clave?. Esa conexión de gemelas que no se enseña. Se corrigen en el aire, se entienden sin hablar, y cuando saltan juntas, el agua parece aplaudir. 

“A veces nos corregimos para saber cómo estamos en la salida”

Lo dijo Lía, y esa sincronía es un arma que podría romper récords en el futuro. Pero el Mundial Juvenil será otra bestia, con rivales chinas y estadounidenses que no regalan nada. ¿Están listas para ese salto?, eso es lo que le hace falta a México. 

El sueño olímpico

Mía y Lía no esconden su meta: ser las primeras gemelas mexicanas en unos Juegos Olímpicos, un sueño que apunta a Los Ángeles 2028. México ha tenido hermanos clavadistas, los Mariscal en 1932, Joaquín y Alberto Capilla con sus cuatro medallas, pero nunca un par idéntico en sincronizados. “Escuchar el Himno Nacional me da mucha felicidad”, dijo Lía hace tiempo, y esa ilusión ahora tiene un boleto al Mundial Juvenil y la Copa del Mundo en la mano.

Sin embargo, el camino no es un clavado limpio. A sus 13 años, cargan con una expectativa que podría aplastar a cualquiera. Iván Bautista las ve como el futuro, pero también maneja a Suri y a una camada de talento jalisciense que exige atención. La federación mexicana, con sus altibajos históricos, deberá respaldarlas con todo si quieren enfrentar a las potencias. Y ellas, tan jóvenes, tendrán que crecer rápido en un deporte donde un mal día te hunde más que el agua misma.

La pasión que flota

Más allá de los puntos, Mía y Lía son un recordatorio de lo que hace grande al deporte; la chispa en los ojos de dos niñas que ven un trampolín como un portal a la gloria. 

Inspiradas por Alejandra Orozco, quien le enseñó a Lía a “pensar en positivo”, y por una hermana mayor que les abrió el camino, estas gemelas no solo saltan; viven cada zambullida como si fuera un grito de libertad. En Guadalajara, mientras el público las ovacionaba, el eco de sus clavados resonó como un juramento. México tiene sangre nueva, y esta sangre no teme las alturas.

El Mundial Juvenil 2025 será su primera gran prueba global, pero el sueño de 2028 ya las empuja. No son solo campeonas del Selectivo; son un latido doble que podría hacer temblar el agua olímpica. Así que grábate sus nombres: Mía y Lía Cueva, las gemelas que no solo caen, sino que vuelan.

Popular Articles