miércoles, abril 23, 2025
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Adiós a un genio: Kevin De Bruyne cierra su capítulo dorado con el Manchester City

Toda historia tiene su final y el fútbol inglés se puso de luto y a la vez de fiesta: Kevin De Bruyne, el mago belga que transformó al Manchester City en una máquina de títulos, anunció que estos serán sus últimos meses con el club. Diez años después de llegar como un talento prometedor desde Wolfsburg, el hombre de los pases imposibles y los goles que quitan el aliento dice adiós. 

El comienzo: Un diamante belga en el Etihad

Corría el verano de 2015 cuando el Manchester City desembolsó 55 millones de libras para fichar a Kevin De Bruyne desde el Wolfsburg. No era un desconocido: en la Bundesliga había sido el rey de las asistencias (20 en la 2014-15) y había levantado la DFB-Pokal. Pero en el City, bajo el mando de Manuel Pellegrini primero y luego de Pep Guardiola, se convirtió en algo más grande. Su debut, el 19 de septiembre de 2015, fue un aviso: asistencia en un 2-1 contra West Ham. Desde ahí, no paró.

En 413 partidos, De Bruyne marcó 106 goles y dio 174 asistencias, segundo en la historia de la Premier League, solo detrás de Ryan Giggs. Pero los números no cuentan toda la historia. Fue el cerebro de un equipo que dominó Inglaterra y Europa, un tipo que veía jugadas donde otros solo veían caos.

Una década de gloria: Los trofeos que pintó de celeste

De Bruyne no solo jugó: ganó. Seis Premier League (2017-18, 2018-19, 2020-21, 2021-22, 2022-23, 2023-24), dos FA Cups, cinco Copas de la Liga, una Champions League (2022-23), una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. En total, 16 títulos que llevan su firma. Fue el arquitecto de la era dorada del City, el tipo que asistió a Agüero, Sterling y Haaland con la precisión de un reloj suizo.

Sus noches mágicas son leyenda: el golazo al PSG en 2016 que metió al City en semis de Champions por primera vez, los 20 pases de gol en la 2019-20 que igualaron el récord de Thierry Henry, o el tanto contra Real Madrid en 2023 que allanó el camino al título europeo. Fue dos veces Jugador del Año de la Premier (2019-20, 2021-22) y cuatro veces el mejor del City. No era solo un jugador: era el alma del equipo.

El adiós de un romántico: Las palabras de Kevin

De Bruyne rompió corazones con un mensaje en redes que fue puro sentimiento: 

“Nada de esto es fácil de escribir, pero como futbolistas sabemos que este día llega. Ese día está aquí, y merecen escucharlo de mí primero. Esta ciudad, este club, esta gente me dio TODO. No tuve opción más que devolverles TODO. ¿Y saben qué? Ganamos TODO”.

Sobre Manchester, fue claro: “‘Manchester’ estará siempre en los pasaportes de mis hijos y, más importante, en nuestros corazones. Esto siempre será nuestro HOGAR”. Y sobre Guardiola, su amor fue evidente en cada entrevista: “Pep y yo siempre quisimos lo mejor el uno del otro. Es un genio, y trabajar con él me llevó a otro nivel”, dijo en 2023 tras una discusión en cancha que nunca empañó su vínculo.

“Sea que nos guste o no, es hora de decir adiós”, cerró su carta. Con su esposa Michèle y sus hijos Suri, Rome y Mason, Kevin deja una ciudad que lo adoptó como propio. ¿A dónde irá? Rumores hablan de la MLS o Arabia Saudita, pero eso es lo de menos ahora. Lo que importa es el vacío que deja.

El hijo predilecto de Guardiola

Para Pep Guardiola, De Bruyne fue más que un futbolista: fue su extensión en la cancha. “Es uno de los mejores jugadores que he entrenado . Su visión en el último tercio es irreemplazable”, dijo el catalán tras el anuncio de su salida. 

“Nuestro éxito en la última década es imposible de imaginar sin él”. 

Guardiola, que llegó en 2016, encontró en Kevin al ejecutor perfecto de su filosofía: un tipo que corría como loco sin balón y que, con él, pintaba obras maestras.

“Cuando juega bien, soy el hombre más feliz del mundo”, confesó Pep. Y no era para menos: De Bruyne era el motor de un City que ganó todo. “Es único. Sus asistencias, sus goles, su visión… Ha sido parte de nuestra familia”, agregó Guardiola, con la voz quebrada, apostando “un montón de dinero” a que el club le hará una estatua junto a Kompany, Agüero y Silva. Para Pep, perder a Kevin es como despedir a un hijo.

¿Qué era De Bruyne para el Manchester City?

Para el City, De Bruyne fue el latido del Etihad. Llegó a un club con plata y ambición, pero él lo transformó en una dinastía. Antes de su llegada, el City tenía dos Premier League; con él, se convirtió en el rey de Inglaterra. Su conexión con los hinchas era visceral: cada pase milimétrico, cada bombazo al ángulo, era un grito de “¡Oh, Kevin De Bruyne!” que retumbaba en las gradas.

“Kevin es un ícono global del juego”, dijo el club en un comunicado tras su adiós. Y no exageran: con él, el City no solo ganó, sino que enamoró. Fue el último sobreviviente del equipo pre-Guardiola, el puente entre una era de promesas y una de dominio absoluto. Para los fans, era el tipo que siempre aparecía en los días grandes, el que hacía que valiera la pena cada entrada.

El fin de una era

De Bruyne se va con 33 años, tras una temporada 2024-25 marcada por lesiones (solo 12 titularidades en Premier) y un City que, fuera de la pelea por el título, mira al futuro.

Su contrato expira el 30 de junio, en medio del Mundial de Clubes, y aunque Guardiola lo quiere para ese torneo, Kevin decidirá si extiende unos días más su adiós.

“Las puertas están abiertas de por vida”, dijo Pep. Y así será. Porque De Bruyne no solo fue un jugador: fue el corazón de un equipo que cambió la historia. Mientras el Etihad prepara su última ovación, el fútbol despide a un genio que hizo del pase un arte y del City un imperio. 

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