miércoles, marzo 19, 2025
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Ja Morant: El chico que conquistó la NBA por accidente

Si te digo que una bolsa de papas fritas cambió la historia de la NBA, ¿me crees? No, no estoy hablando de un snack mágico que da súper poderes, sino de la casualidad más loca que llevó a Ja Morant, el base más explosivo y polémico de la liga, a convertirse en una estrella. 

El Origen: Un nadie en Carolina del Sur

Temetrius Jamel Morant, o simplemente “Ja”, nació el 10 de agosto de 1999 en Dalzell, un pueblo perdido en Carolina del Sur donde las vacas probablemente superan a las personas. Su papá, Tee, fue un basquetbolista decente que jugó con Ray Allen en la secundaria y soñó con Europa, pero se quedó en casa para criar a Ja y a su hermana Teniya. En el patio trasero, Tee construyó una cancha para entrenar a su hijo, y ahí empezó todo. Ja no era el típico prospecto de élite: medía 1.90, no era un gigante, y en Crestwood High School no estaba en el radar de nadie. Cero estrellas en los rankings de ESPN, 247Sports o Rivals. Nada. Su único ofrecimiento serio de División I vino de South Carolina, pero ni eso lo emocionó. Era un diamante en bruto, pero nadie lo veía brillar.

El momento Doritos: Un ojeador hambriento cambió la historia

Avancemos al verano de 2016. James Kane, asistente del coach de Murray State, una universidad mediana en Kentucky, estaba en un campamento AAU buscando a otro jugador, Tevin Brown. Kane no tenía ni idea de quién era Ja Morant, pero el destino (y su estómago) tenían otros planes. Mientras buscaba algo para picar en el gimnasio principal, escuchó rebotes en un gimnasio auxiliar. Curioso, asomó la cabeza y vio a un flaco de 6’3” dominando un 3 contra 3 como si fuera una película de acción. “¿Quién es este tipo?”, pensó. Llamó al entrenador Matt McMahon, y en menos de lo que canta un gallo, le ofrecieron una beca a Ja durante una cena en casa de McMahon. El 3 de septiembre de 2016, Morant dijo que sí. Su papá le dio el mejor consejo: “No vayas donde tú quieras, ve donde te quieran”. Y así, una bolsa de papitas (o lo que sea que Kane compró) lo puso en el mapa.

Murray State: De desconocido a fenómeno

En Murray State, Ja no tardó en demostrar de lo que era capaz. Su primer año (2017-18) promedió 12.7 puntos y 6.3 asistencias, ganándose un lugar en el equipo All-Ohio Valley Conference. Pero fue en su segundo año (2018-19) cuando explotó como dinamita. Promedió 24.5 puntos y 10 asistencias por partido, lideró la NCAA en asistencias y se convirtió en el primer jugador en la historia moderna en lograr ese combo de 20-10. Llevó a los Racers al torneo NCAA, donde dejó boquiabiertos a todos con un triple-doble (17 puntos, 16 asistencias, 11 rebotes) contra Marquette. Aunque cayeron ante Florida State en la segunda ronda, Ja ya había dejado claro que no era un secreto más. Los scouts de la NBA babeaban, y en el Draft de 2019, los Memphis Grizzlies lo tomaron con el pick #2, justo detrás de Zion Williamson. De cero estrellas a segunda selección. ¿Quién lo diría?

Explosividad pura: El rey de los vuelos en la NBA

Si no has visto a Ja Morant jugar, te estás perdiendo un espectáculo. Este tipo es como si le hubieran puesto cohetes en las zapatillas. Comparado con Russell Westbrook por su atletismo y con Allen Iverson por su descaro, Morant no solo anota (22.3 puntos por juego en su carrera hasta marzo de 2025), sino que vuela. Su clavada sobre Jakob Poeltl en 2022 fue tan brutal que parecía un videojuego, y su capacidad para terminar en el aro contra gigantes es de otro planeta. ¿La clave? Años de entrenamientos infernales en el patio de su casa y una mentalidad de “no me importa quién esté enfrente”. Ganó el Rookie del Año en 2020, fue All-Star en 2022 y 2023, y se llevó el premio al Jugador Más Mejorado en 2022. A sus 25 años, es el alma de unos Grizzlies que sueñan con un título.

El lado oscuro de la estrella

Pero Ja no es solo highlights y sonrisas. Es un imán para el drama. En 2022, se metió en una pelea en un partido de pickup en su casa con un adolescente de 17 años, alegando defensa propia tras un pelotazo en la cara; el caso no llegó a cargos, pero dejó ruido. En 2023, la cosa escaló: primero lo grabaron mostrando una pistola en un club de strippers en Colorado, lo que le costó una suspensión de 8 juegos. Luego, dos meses después, otro video en Instagram Live con un arma en un carro le valió 25 partidos fuera. La NBA lo llamó “alarmante y desconcertante”, y los fans se dividieron entre “es un joven perdido” y “deja de hacer tonterías”. También hubo líos en un mall, amenazas a guardias y un láser rojo apuntado a los Pacers desde un SUV donde iba él (aunque no se probó nada). ¿Fake thug o malentendido? Ja dice que creció en un hogar estable con dos padres, pero su imagen de “calle” sigue dando de qué hablar.

¿Por qué Ja Morant es único?

Morant no es solo un jugador; es una historia viva. De ser ignorado por los grandes programas a ser descubierto por accidente, su camino es un recordatorio de que el talento no siempre necesita un reflector para brillar. En la cancha, es electricidad pura: un base “pass-first” que reparte asistencias como chef y salta como si quisiera tocar el techo del FedEx Forum. Fuera de ella, es un torbellino de controversias que lo hace humano, imperfecto y, quieras o no, fascinante. Ja es el chico que no debía estar aquí, y sin embargo, está reescribiendo el guión de la NBA.

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