En una noche cargada de dramatismo y épica, Cruz Azul rompió una sequía de 17 años sin título de liga y se coronó campeón del Torneo Invierno 1997 tras empatar 1-1 ante León en el Nou Camp, logrando el campeonato tras haber ganado por la mínima en el Azteca.
La final, disputada en formato de ida y vuelta, será recordada como una de las más intensas en la historia del fútbol mexicano. En el partido de ida, jugado el 4 de diciembre en el Estadio Azteca, Cruz Azul ganó 1-0 con gol de Benjamín Galindo desde el manchón penal.
Pero el desenlace llegó el 7 de diciembre, en una fecha poco habitual para el fútbol nacional. En el Estadio Nou Camp, León tomó ventaja con gol de Missael Espinoza al minuto 53, haciendo vibrar a los esmeraldas con la esperanza del título. Sin embargo, la historia tenía preparado un final de película.
Al minuto 98, ya en tiempos extra, una falta dentro del área sobre Carlos Hermosillo encendió la polémica. El delantero cementero fue derribado violentamente por el portero Ángel David Comizzo, quien lo golpeó con la rodilla en el rostro, dejándolo sangrando profusamente sobre el césped. Pese a la gravedad del golpe y sin cambiar al cobrador, Hermosillo se levantó, tomó el balón y anotó el penalti definitivo, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del club.
El marcador global quedó 2-1 y así Cruz Azul levantó el trofeo de campeón. Los dirigidos por Luis Fernando Tena lograron la tan ansiada octava estrella y pusieron fin a una larga espera desde 1980.
La imagen de Hermosillo con el rostro cubierto de sangre, la camiseta empapada y el puño al cielo tras marcar el gol, quedó inmortalizada como símbolo de entrega y gloria celeste.
📌 Datos clave:
- Marcador global: Cruz Azul 2-1 León
- Figura del partido: Carlos Hermosillo (penal decisivo)
- Árbitro: Arturo Brizio Carter
- Asistencia en el Nou Camp: Más de 30 mil aficionados
Con esta victoria, Cruz Azul cerró con broche de oro el año 1997 y comenzó una nueva etapa con el orgullo renovado. Lo que no sabían entonces sus seguidores, es que esa estrella sería la última durante más de dos décadas, hasta la consagración en el Guardianes 2021.
Una noche legendaria, un penal sangrante, y una copa que hoy sigue viva en la memoria del fútbol mexicano.