El fútbol, como la vida, es un carrusel de emociones donde los héroes nacen, brillan y, a veces, se despiden antes de lo esperado. En Aguascalientes, la afición del Necaxa aún no termina de procesar la partida de su estratega Nicolás Larcamón, cuando una nueva noticia golpea como relámpago: José Paradela, el cerebro que iluminó el Clausura 2025, es nuevo jugador de Cruz Azul. La Máquina, con un movimiento quirúrgico, ejecutará la cláusula de rescisión de 12 millones de dólares para llevarse al argentino, dejando al Necaxa con una mezcla de orgullo, nostalgia y un hueco difícil de llenar.
Paradela: El arquitecto de los sueños rojiblancos
José Paradela llegó a Necaxa en 2023 como un desconocido para muchos, tras un paso opaco por River Plate y una cesión en Tigre. Con apenas 26 años, el mediocampista argentino encontró en Aguascalientes un lienzo en blanco para pintar su magia. Bajo la batuta de Nicolás Larcamón, Paradela se convirtió en el motor de los Rayos, un volante ofensivo que combinaba visión, precisión y sacrificio. En el Clausura 2025, su rendimiento fue deslumbrante: 15 partidos como titular, 8 goles y 8 asistencias. En total, en 53 encuentros con Necaxa, acumuló 16 goles y 17 asistencias, números que lo catapultaron como el mejor jugador del equipo y una de las joyas más codiciadas de la Liga MX.
Cada pase suyo era una declaración de intenciones; cada gol, un motivo para que el Estadio Victoria vibrara. Paradela no solo jugaba, sino que inspiraba. Su zurda dibujaba jugadas imposibles, y su entrega en el campo lo convirtió en el emblema de un Necaxa que, contra todo pronóstico, peleó por un lugar en la Liguilla del Clausura 2025, terminando quinto con 31 puntos. Sin embargo, su brillo no pasó desapercibido. Cruz Azul, con Nicolás Larcamón ahora en su banquillo, vio en Paradela al cerebro que necesitaba para dominar el Apertura 2025. La Máquina no dudó: pagará los 12 millones de dólares de su cláusula de rescisión, una cifra que refleja su valor, pero que no consuela a una afición que lo adoptó como propio.
El dolor de Necaxa: Cuando los héroes se marchan
Para los hinchas de Necaxa, la salida de Paradela no es solo la pérdida de un jugador; es un capítulo más en una historia de despedidas dolorosas. Los Rayos tienen una tradición amarga: sus figuras más queridas, aquellas que encienden la pasión en las gradas, suelen partir rumbo a clubes con mayor músculo económico. Desde Ivo Basay hasta Edson Puch, pasando por ídolos más recientes como Malagón, Necaxa ha visto cómo sus héroes se convierten en moneda de cambio en el implacable mercado del fútbol mexicano. Ahora, Paradela se suma a esa lista, y el golpe es doble: Cruz Azul no solo se llevó al argentino, sino también al arquitecto de su éxito reciente, Larcamón, quien dejó Aguascalientes para unirse a los cementeros tras el Clausura 2025.
La directiva, consciente del valor de Paradela, intentó blindarlo con un contrato hasta 2027 y una cláusula inicial de 5 millones que luego subió a 10, pero ni eso fue suficiente ante la determinación de Cruz Azul. La operación, que incluye el pago de 10 millones de dólares en dos plazos y la mitad de la carta de Diber Cambindo, es un negocio redondo para Necaxa en lo económico, pero un golpe al corazón del proyecto deportivo.
Cruz Azul: La ambición de una Máquina imparable
Para Cruz Azul, fichar a Paradela es más que un refuerzo; es una declaración de intenciones. Tras conquistar la Concachampions 2025 y caer en semifinales del Clausura, los cementeros buscan un título local que se les resiste desde 2021. Nicolás Larcamón, quien conoce a la perfección el talento de Paradela, insistió en su llegada, y la directiva no escatimó: los 12 millones de dólares representan una de las mayores inversiones del mercado veraniego. El argentino, que ya se encuentra en óptimas condiciones físicas tras la pretemporada con Necaxa, está listo para debutar ante Mazatlán en la Jornada 1 del Apertura 2025, el 12 de julio.
Paradela no llega solo. Cruz Azul también negocia por el delantero serbio Luka Jovic, ex del Real Madrid, en un intento por armar un plantel de ensueño. Sin embargo, para registrar al argentino, La Máquina debe liberar un cupo de no formado en México, lo que podría acelerar la salida de jugadores como Georgios Giakoumakis o Gabriel Fernández. La afición celeste, ilusionada, ya sueña con un mediocampo comandado por Paradela, cuya adaptación será inmediata gracias a su familiaridad con el sistema de Larcamón.
Un adiós que no borra el legado
En Aguascalientes, las luces del Estadio Victoria parecen titilar con melancolía. José Paradela, el hombre que hizo soñar a Necaxa, se marcha como héroe, pero también como recordatorio de la fragilidad de los proyectos en la Liga MX. Sus 16 goles y 17 asistencias quedarán grabados en la memoria de los hinchas, junto con aquellos pases milimétricos que hacían creer que todo era posible. Necaxa, ahora bajo el mando de Fernando Gago, deberá reinventarse, buscando un nuevo líder que llene el vacío dejado por Paradela.
Para los Rayos, la pérdida es dolorosa, pero también es una oportunidad. Los 12 millones de dólares, sumados a la mitad de la carta de Cambindo, dan aire financiero para reconstruir el plantel. Sin embargo, en el fútbol, el dinero no siempre cura las heridas del corazón. La afición de Necaxa, resiliente como pocas, se prepara para despedir a su ídolo con un aplauso y la esperanza de que, algún día, otro héroe surja para devolverles la gloria. Porque en Aguascalientes, los relámpagos siempre vuelven a brillar.