En la temporada 2025 de la Liga Caliente.mx LNBP Femenil, las Panteras de Aguascalientes no solo conquistaron su primer título, sino que redefinieron lo que significa rugir con garra, pasión y talento. En el corazón de esta hazaña histórica están cinco jugadoras que se convirtieron en las reinas de la duela: Astou Ndour, Feyonda Fitzgerald, DiDi Richards, Mariam Coulibaly y Dominique Toussaint. Con Ndour como MVP Extranjera, Fitzgerald como MVP de la Gran Final y Richards como MVP del Juego 5, estas felinas no solo brillaron, sino que encendieron un legado imborrable para Aguascalientes y el basquetbol femenil mexicano.
Astou Ndour: La titana de la pintura y MVP Extranjera
Astou Ndour, la pívot senegalés-española de 1.97 metros, llegó a las Panteras con un currículum que imponía respeto: campeona de la WNBA con Chicago Sky (2021), medallista de oro en el Eurobasket 2019 y una presencia dominante en la pintura. En la LNBP Femenil 2025, se coronó como MVP Extranjera, promediando 19.2 puntos y 10.2 rebotes en playoffs. Su impacto fue monumental. En el Juego 4 de la final contra Adelitas, Ndour firmó un doble-doble de 20 puntos y 16 rebotes, un recital de fuerza y precisión que desarmó a la defensa rival.
Pero Ndour fue más que estadísticas. Su intensidad, como en el altercado con Victoria Vivians en el Juego 5, mostró su fuego interior. Cada bloqueo, cada rebote defensivo, cada bandeja convertida era un rugido de liderazgo. Astou no sólo dominó la pintura; fue el faro que guió a las Panteras en los momentos más oscuros, llevando el orgullo hidrocálido hasta el Gimnasio Manuel Bernardo Aguirre.
Feyonda Fitzgerald: La maga de la Gran Final
Feyonda Fitzgerald, la base estadounidense, fue el alma creativa de las Panteras y la MVP de la Gran Final. Su capacidad para leer el juego y desatar ofensivas letales transformó cada partido en una obra maestra. En el Juego 2 de la final, con Panteras contra las cuerdas, Fitzgerald anotó 30 puntos, incluyendo un triple en el clutch que empató la serie 1-1. En el Juego 5, su doble-doble (20 puntos, 10 asistencias) mantuvo a su equipo en control en un duelo que rozó el infarto.
Fitzgerald brilló toda la temporada, desde sus 30 puntos en la final de zona contra Fuerza Regia hasta sus 13 puntos en el primer cuarto del Juego 3 ante Adelitas. Su visión, su puntería desde el perímetro y su calma bajo presión fueron el pegamento que unió al equipo. Feyonda no sólo jugó; tejió una narrativa de resiliencia que inspiró a sus compañeras a soñar con la gloria.
DiDi Richards: La heroína del clutch
DiDi Richards, ex estrella de la WNBA, se convirtió en la MVP del Juego 5 con una actuación que definió el campeonato. En el duelo decisivo, anotó 21 puntos, incluyendo dos canastas de media distancia que frenaron la remontada de Adelitas en el último cuarto. Con el marcador empatado a 92 y el reloj agonizando, Richards robó un balón crucial y defendió con fiereza a Chennedy Carter, sellando el triunfo 96-92.
Su versatilidad fue clave toda la temporada. En el Juego 2, aportó 23 puntos y tiros libres decisivos para un 95-90. En la semifinal contra Rojas de Veracruz, sumó 13 puntos con una defensa asfixiante. Richards no solo brilló en el clutch; su energía contagiosa y su capacidad para jugar en ambos lados de la cancha hicieron de ella un pilar irremplazable. DiDi fue la chispa que encendió a las Panteras cuando todo parecía perdido.
Mariam Coulibaly: La fortaleza silenciosa
Mariam Coulibaly fue la reina de la pintura, una fuerza incansable que dominó los tableros con 22.2 puntos y 9.0 rebotes de promedio en playoffs. En la semifinal contra Rojas de Veracruz, deslumbró con 34 puntos y nueve rebotes, una exhibición de poder que aplastó a la defensa rival. En el Juego 5 de la final, sus 19 puntos y rebotes ofensivos fueron vitales para mantener a las Panteras en la pelea frente a la presión de Adelitas.
Coulibaly enfrentó a gigantes como Khaalia Hillsman y Danielle Adams sin retroceder, ganando duelos físicos con una intensidad que inspiraba. Su doble-doble ante Freseras (16 puntos, 13 rebotes) y su trabajo defensivo en la serie final mostraron que su corazón era tan grande como su talento. Mariam fue el escudo que protegió a las Panteras y la espada que las llevó al triunfo.
Dominique Toussaint: El zarpazo final
Dominique Toussaint, la base con nervios de acero, fue la encargada de cerrar el telón en el Juego 5. Con el marcador empatado a 92 y solo segundos en el reloj, Toussaint tomó el balón tras un error de Danielle Adams y anotó un doble decisivo que aseguró el título (96-92). Su frialdad bajo presión fue su sello toda la temporada, desde sus 18 puntos en el Juego 1 contra Adelitas hasta sus asistencias clave en la final de zona ante Fuerza Regia.
Toussaint no sólo lideró con puntos; su capacidad para organizar el juego y mantener la calma en los momentos más tensos fue invaluable. En el Juego 3, sus pases precisos alimentaron a Ndour y Fitzgerald, mientras que su defensa sobre Brooke McCarty-Williams limitó las opciones de Adelitas. Dominique fue el timón que mantuvo a las Panteras en curso hacia la gloria.
Un legado que trasciende la duela
Estas cinco jugadoras no solo llevaron a las Panteras a un título histórico; redefinieron lo que significa ser un equipo. Con un récord de 12-4 en temporada regular y un invicto 8-0 en el Gimnasio Hermanos Carreón, Ndour, Fitzgerald, Richards, Coulibaly y Toussaint demostraron que la unión, el talento y la pasión pueden derribar cualquier obstáculo. Frente a potencias como Adelitas de Chihuahua y Fuerza Regia, estas felinas rugieron más fuerte, dejando un mensaje claro: el basquetbol femenil mexicano tiene un nuevo referente.
Este quinteto, con sus MVPs y sus momentos clutch, no solo conquistó un trofeo; encendió una llama en Aguascalientes. Su historia es un himno a la resiliencia, un recordatorio de que los sueños se construyen con sudor, garra y un zarpazo final que hace temblar la duela.