En la antesala del Gran Premio de Austria, el tricampeón del mundo Max Verstappen sorprendió con declaraciones emotivas sobre su ex compañero de equipo, el piloto mexicano Sergio “Checo” Pérez. Lejos de la frialdad habitual del paddock, el neerlandés mostró afecto, respeto y hasta nostalgia por el tapatío.
“Tengo muchas ganas de volver a verlo pronto en el paddock. Todavía necesito regalarle un casco mío. Se lo prometí porque él me regaló uno suyo con un mensaje muy bonito”, expresó Verstappen ante medios internacionales.
El gesto, más allá de lo simbólico, confirma que la relación entre ambos pilotos sigue siendo cordial, y refuerza la idea de que los rumores de rivalidad personal habrían sido exagerados por la prensa.
Respeto mutuo: más allá de la pista
Aunque la dupla Red Bull vivió tensiones competitivas —particularmente durante el GP de Brasil 2022—, Verstappen fue enfático en aclarar que su vínculo con Checo Pérez siempre ha estado basado en respeto y profesionalismo:
“Tengo una gran relación con Checo… le tengo mucho respeto por él, y él me tiene mucho respeto a mí”, aseguró el actual líder del campeonato.
Incluso hizo referencia a las declaraciones polémicas de años anteriores, señalando que “la forma en que se expresó todo en su momento no es como él lo quiso decir”.
Estas palabras ayudan a enterrar viejas fricciones y apuntan a una relación profesional más sólida de lo que muchos pensaban.
El casco: símbolo de amistad
Uno de los puntos más llamativos de la entrevista fue el intercambio de cascos entre los pilotos. Pérez le regaló a Verstappen uno de los suyos, acompañado de un mensaje personal. Aún pendiente, Verstappen dijo estar comprometido a devolver el gesto.
“Se lo prometí… quiero dárselo pronto”.
El casco, uno de los símbolos más personales y representativos en la vida de un piloto, funciona aquí como un gesto de camaradería genuina.
¿Y Checo? Ausente, pero presente
Aunque Sergio Pérez no ha tenido actividad reciente en pista —con rumores de retiro o cambio de equipo circulando en el paddock—, su presencia sigue viva en las declaraciones y el aprecio de colegas como Verstappen. Las palabras del neerlandés alimentan la especulación sobre un eventual regreso o participación futura del mexicano en el Gran Circo.
Max Verstappen ha mostrado una faceta poco habitual: empática, amistosa y humana. En un deporte conocido por sus egos y rivalidades, este mensaje reafirma que los lazos entre compañeros pueden perdurar más allá de la competencia.
Con un casco prometido, un respeto evidente y el deseo de verlo de nuevo en el paddock, el neerlandés deja claro que Checo Pérez no solo fue un gran coequipero, sino también un colega que dejó huella.