El esperado cara a cara entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence “Bud” Crawford finalmente tuvo lugar durante la conferencia de prensa oficial celebrada en Riad, marcando el inicio formal de la promoción para uno de los combates más anticipados de 2025. Sin gritos ni provocaciones innecesarias, ambos campeones dejaron claro que el respeto mutuo no disminuye la intensidad de lo que se avecina: una guerra sin tregua el próximo 13 de septiembre en el Allegiant Stadium de Las Vegas.
Frente a una audiencia global, con la presencia del presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, Turki Alalshikh, y bajo la conducción del comentarista Todd Grisham, Canelo y Crawford se enfrentaron con la mirada. Silencioso, firme y directo, el intercambio visual fue más elocuente que mil palabras: dos estilos, dos potencias, un solo destino.
Citas que definieron el momento
Terence Crawford, invicto y considerado uno de los boxeadores más técnicos de la actualidad, no rehuyó el reto y dejó clara su intención:
“ésta es mi megapelea, es mi momento. no correré… estaré conectando bastante.”
Con estas palabras, “Bud” dejó entrever que no llegará a sobrevivir, sino a dominar, prometiendo una mezcla de boxeo táctico y ofensivo.
Canelo Álvarez, por su parte, se mostró tranquilo, confiado y con la experiencia de haber librado múltiples guerras en el cuadrilátero:
“no me va a derrotar, no se preocupen… solo se fijan en mi poder, pero tengo más que eso.”
El mexicano, campeón indiscutido en supermediano, recordó al mundo que no solo es potencia, sino también estrategia, defensa y disciplina.
Lo que está en juego
Más allá de los títulos, el duelo representa un choque generacional, estilístico y simbólico. Canelo llega como el máximo referente del boxeo latino, con años de dominio y defensa exitosa. Crawford, tras vencer a Errol Spence y unificar los títulos wélter, busca consolidarse como leyenda, dando el salto a la división supermediana para enfrentar al más grande.
Analistas como Robert García han advertido que Crawford podría tener ventaja táctica en los primeros asaltos, pero que la presión constante de Canelo será decisiva en la segunda mitad del combate.
Sin shows exagerados ni conflictos verbales, Canelo y Crawford demostraron que no necesitan el drama para generar expectativa. El respeto entre ambos eleva aún más la tensión: sabemos que son grandes, pero el 13 de septiembre sabremos quién es el mejor.
El mundo del boxeo ya tiene el reloj en cuenta regresiva. La guerra está pactada. Y la historia está lista para escribirse.
