La Selección de Fútbol de los Estados Unidos (USMNT) atraviesa un momento crítico a menos de un año del arranque del Mundial 2026, torneo que coorganizará junto a México y Canadá. El equipo llega a la Copa Oro de este verano con una racha de cuatro derrotas consecutivas, una crisis de confianza y múltiples cuestionamientos sobre su identidad futbolística y dirección técnica.
La alerta se encendió en marzo pasado, cuando el conjunto dirigido por Mauricio Pochettino fue eliminado en semifinales de la Liga de Naciones de la Concacaf al caer 1-0 ante Panamá, y luego perder 2-1 contra Canadá en el duelo por el tercer lugar. La situación empeoró recientemente con una goleada 4-0 sufrida ante Suiza en un amistoso internacional, dejando en evidencia serias carencias tácticas y anímicas.
Un plantel con ausencias clave y promesas en ascenso
Para la Copa Oro 2025, el cuerpo técnico apostó por una lista renovada, dejando fuera a figuras consolidadas como Christian Pulisic, Weston McKennie, Sergiño Dest y Tim Weah. Estos jugadores solicitaron descanso, mientras que jóvenes talentos como Diego Luna, Jack McGlynn y Kevin Paredes buscan ganarse un lugar en la escuadra nacional.
El seleccionador Pochettino defendió la decisión, explicando que el torneo será una plataforma para evaluar profundidad en la plantilla y desarrollar liderazgo en nuevos elementos de cara a la Copa del Mundo. Sin embargo, las ausencias han generado críticas de analistas y exjugadores, quienes señalan una posible falta de compromiso con el equipo nacional.
División de opiniones y presión mediática
Voces como las de Landon Donovan y Alexi Lalas han cuestionado duramente la actitud de las figuras ausentes, acusándolas de anteponer intereses personales. En respuesta, Pulisic declaró que sus compromisos con la selección siguen firmes, y que tomarse un respiro era necesario para llegar en plenitud al Mundial.
La crítica también apunta a la falta de cohesión en el juego, la fragilidad defensiva y una aparente desconexión entre las líneas del equipo. El sistema de rotaciones constantes y el bajo rendimiento colectivo han encendido señales de alarma en el entorno futbolístico estadounidense.
Un grupo accesible, pero sin margen de error
Estados Unidos debutará en la Copa Oro este 15 de junio como parte del Grupo D, acompañado por Trinidad y Tobago, Arabia Saudita y Haití. Si bien el grupo luce accesible sobre el papel, el recuerdo de la dolorosa eliminación a manos de Trinidad en 2017 —que dejó a EE.UU. fuera del Mundial de Rusia— sirve como advertencia de que no hay rivales pequeños.
El desafío de reconectar con la afición
Más allá de los resultados, el verdadero reto para el USMNT será recuperar la confianza del público estadounidense y demostrar que, a pesar del bache actual, hay una visión clara hacia el 2026. Con una afición cada vez más exigente y una generación joven en plena evolución, la Copa Oro representa una prueba crucial para el cuerpo técnico y los nuevos líderes del vestuario.