El Estadio Azteca, ese titán de concreto que ha visto a Pelé levantar la copa en 1970 y a Maradona besar el cielo en 1986, está en plena metamorfosis. La remodelación del ahora llamado Estadio Ciudad de México para la Copa del Mundo 2026 no es solo una obra de ingeniería; es un ritual para mantener vivo el alma de un recinto que late con la pasión del fútbol mundial. Con 87,000 espectadores rugiendo, elevadores que parecen sacados de una nave espacial, 340 bocinas que harán temblar el alma, 2,200 m² de pantallas LED que iluminarán como un espectáculo de Las Vegas, 7,120 m² de zonas hospitality para los que quieren fútbol con caviar y una cancha de pasto híbrido que parece diseñada por la NASA, el Azteca se prepara para ser el epicentro del Mundial más ambicioso de la historia.
Un coloso con tres almas mundialistas
El Azteca no es cualquier estadio. Es el único en el mundo que ha albergado tres Copas del Mundo (1970, 1986 y ahora 2026), un récord que lo convierte en una catedral del fútbol. En 1970, con 107,412 almas vibrando, Brasil de Pelé aplastó a Italia en una final que aún se siente como un poema. En 1986, con 114,600 gargantas desgarradas, Maradona pintó su obra maestra contra Inglaterra y levantó la copa ante un México en éxtasis. Ahora, en 2026, el Azteca abrirá el telón del Mundial más grande jamás visto, con 48 selecciones y un partido inaugural el 11 de junio que promete ser una fiesta global.
Pero no nos engañemos: el Azteca no vive de nostalgia. Esta remodelación, que comenzó en mayo de 2024 tras la final del Clausura entre América y Cruz Azul, es un salto al futuro sin traicionar su esencia. El proyecto, liderado por Altavista Sur Inmobiliaria y Fútbol del Distrito Federal, tiene un costo estimado de 1,511 millones de pesos (unos 78.7 millones de dólares), financiado en parte por un acuerdo con Banorte que, temporalmente, cambió su nombre a Estadio Banorte (aunque para la FIFA será Estadio Ciudad de México).
Una transformación que quita el aliento
Imagina un estadio que combina la mística de los dioses aztecas con la tecnología de un blockbuster de ciencia ficción. Eso es el Azteca 2026. Aquí van los detalles que hacen de esta remodelación una auténtica locura:
- 87,000 espectadores rugiendo como volcanes: Aunque algunas fuentes hablaban de un aforo de 90,000, el plan final apunta a 87,000 butacas nuevas, más cómodas y con mejor visibilidad. Se demolieron gradas bajas y palcos para ampliar el espacio, sacrificando nostalgia por funcionalidad.
- Elevadores para volar entre niveles: Olvídate de las escaleras interminables. Los nuevos elevadores facilitarán el acceso, haciendo que el Azteca sea más inclusivo y cómodo, especialmente para personas con discapacidad.
- 340 bocinas que harán temblar el alma: El sistema de sonido será una experiencia inmersiva. Cada gol, cada cántico, cada silbatazo resonará como si estuvieras dentro de un concierto de rock.
- 2,200 m² de pantallas LED: La fachada del estadio se convertirá en un lienzo digital con pantallas que proyectarán desde jugadas en tiempo real hasta espectáculos de luces que harán que el Azteca brille en la noche. Adiós a las pantallas antiguas; hola a un show visual de 360°.
- 7,120 m² de zonas hospitality para los reyes del fútbol: Dos nuevas áreas VIP, con acceso directo a vestidores, estacionamiento exclusivo y experiencias de lujo, están diseñadas para 1,500 personas, incluyendo jefes de estado y celebridades. Si quieres ver un partido con champagne y vista privilegiada, aquí está tu lugar.
- Pasto híbrido de última generación: La cancha, removida por completo en 2024, ahora combina césped natural con fibras sintéticas para garantizar un terreno perfecto, sin importar cuántos tacos lo pisen. La FIFA lo exigió, y el Azteca respondió.
- Vestidores bajo la cancha y un túnel épico: Los jugadores ya no saldrán por la cabecera norte, como en 1970 y 1986. Un nuevo túnel en el centro del campo, al estilo europeo, conectará los vestidores subterráneos con la cancha, creando un momento digno de Hollywood.
Y eso no es todo. El techo tendrá un material translúcido que se iluminará para crear espectáculos visuales, la zona de prensa se mudará a la esquina noreste con cocinas y conectividad de primer mundo, y los accesos serán más fluidos gracias a túneles renovados.
El Azteca: Más que un estadio, un símbolo
El Azteca no es solo un escenario; es un testigo de la historia. Construido en 1966 por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, nació para el Mundial de 1970 y desde entonces ha sido el hogar del América, Cruz Azul y la Selección Mexicana. Ha visto de todo: finales de Copa Libertadores, partidos de NFL, peleas de boxeo (como la de Julio César Chávez contra Greg Haugen) y hasta conciertos que han hecho vibrar sus cimientos.
Pero esta remodelación no está exenta de polémica. Los dueños de palcos, algunos con contratos de 99 años, pelean por sus derechos, ya que la FIFA quiere disponer de todas las localidades. La Asociación Mexicana de Titulares de Palcos y Plateas está en negociaciones, y si no hay acuerdo, las demandas podrían llover. Además, las obras enfrentaron retrasos por permisos y conflictos con palco-habientes, lo que puso nerviosa a la FIFA. Afortunadamente, desde junio de 2024, las excavaciones y demoliciones avanzan a toda máquina, con un objetivo claro: estar listos para marzo de 2026.
Un entorno que también se transforma
El Azteca no estará solo en esta aventura. La Ciudad de México se pone guapa para el Mundial. Se planean estacionamientos remotos, mejoras en el Tren Ligero y un posible Cablebús desde Ciudad Universitaria. También habrá una ciclovía y un FIFA Fan Fest a un kilómetro a la redonda. Y, como cereza del pastel, la “Glorieta Frida Kahlo” lucirá una escultura de 7 metros de la icónica pintora, porque Coyoacán no solo es fútbol, es cultura.
¿Por qué el Azteca es la joya del Mundial 2026?
El Azteca no es solo un estadio; es un lugar donde el fútbol se convierte en mito. La remodelación para 2026 respeta su legado mientras lo catapulta al siglo XXI. Será el primer estadio en abrir tres Mundiales, un hito que ni el Maracaná ni el Wembley pueden presumir. Con su nueva cara, el Azteca no solo cumplirá con los estándares de la FIFA, sino que redefinirá lo que significa ser un estadio de clase mundial.