En un giro que ha sacudido el futbol mexicano como un disparo al poste en el último minuto, el Club Deportivo Jaiba Brava del Tampico-Madero anunció el que se retira de la demanda colectiva ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) contra la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX. Este movimiento, que buscaba el regreso del ascenso y descenso, deja a los aficionados tamaulipecos con el corazón en la mano y al movimiento #PorElAscensoMX con un soldado menos.
El contexto: Una batalla por el ascenso
El 20 de mayo de 2025, diez clubes de la Liga de Expansión MX, Atlético La Paz, Atlético Morelia, Cancún FC, Cimarrones de Sonora, Alebrijes de Oaxaca, Mineros de Zacatecas, Venados FC, Leones Negros, Atlante y Jaiba Brava, presentaron una demanda ante el TAS. Su objetivo: exigir que la FMF cumpla el acuerdo de 2020, que prometía reabrir el ascenso y descenso en 2023, siempre que los clubes cumplieran con requisitos de certificación (infraestructura, fuerzas básicas y participación en la Liga MX Femenil). Según los demandantes, la certificación es una “simulación jurídica” que encubre la falta de compromiso para restaurar la movilidad entre categorías, emulando un modelo cerrado al estilo MLS.
La demanda desató una tormenta. La FMF respondió suspendiendo un subsidio de 20 millones de pesos anuales a los nueve clubes que continuaron (Atlante se retiró el 26 de mayo), una medida que Ivar Sisniega, presidente ejecutivo de la FMF, justificó como consecuencia de la acción legal. Pero el 3 de junio, la Jaiba Brava, subcampeona del Clausura 2025, dio un paso atrás, siguiendo los pasos de Atlante y reduciendo el bloque a ocho equipos.
¿Por qué se bajó la Jaiba Brava?
La decisión de Jaiba Brava no es un simple cambio de opinión; es una jugada estratégica. Según fuentes de ESPN, el equipo tamaulipeco está negociando la compra de la franquicia de Cimarrones de Sonora, lo que le permitiría dejar su estatus de “equipo invitado” en la Liga de Expansión y convertirse en miembro pleno. Como invitado, la Jaiba no tiene “voz ni voto” en la asamblea de la liga, lo que limita su influencia. Retirarse de la demanda parece ser un movimiento para asegurar su lugar en la categoría y evitar represalias de la FMF, como la posible revocación de su invitación.
El presidente del club, Álvaro de la Torre, había defendido un “proyecto deportivo sólido” en una charla con ESTO, pero la presión de consolidar su estatus administrativo parece haber pesado más. La Jaiba, que regresó al fútbol profesional en 2024 tras años de ausencia, busca estabilidad. Negociar con Cimarrones, un equipo que también está en la demanda, podría ser una vía para fortalecer su posición, especialmente si logran la certificación para la temporada 2025-26.
El impacto: ¿Un golpe al movimiento?
La salida de Jaiba Brava, sumada a la de Atlante, debilita el frente de los clubes de Expansión. De los diez originales, solo ocho siguen en la pelea: Atlético La Paz, Atlético Morelia, Cancún FC, Alebrijes de Oaxaca, Mineros de Zacatecas, Venados FC, Leones Negros y, curiosamente, Cimarrones, que aún no se retira a pesar de las negociaciones con Jaiba. La FMF, liderada por Mikel Arriola, mantiene su postura: el ascenso regresará solo cuando cuatro clubes cumplan la certificación, algo que hasta ahora solo han logrado dos equipos no revelados.
La Jaiba, al retirarse, evita el riesgo de más sanciones económicas o la pérdida de su lugar en la Expansión. Sin embargo, esto no garantiza un camino al ascenso. La FMF insiste en que los requisitos son claros, pero los clubes denuncian que el proceso es opaco y diseñado para mantener el statu quo. En este contexto, la salida de Jaiba Brava podría interpretarse como un movimiento pragmático, pero también como una rendición ante un sistema que parece inamovible.
¿Qué sigue para la Jaiba Brava?
El futuro de la Jaiba depende de su capacidad para consolidarse como franquicia plena. La reunión de dueños de la Liga de Expansión, programada para esta semana en Toluca, definirá su estatus y el de otros equipos, como Irapuato, que recibió una invitación tras su desempeño en la Liga Premier. La Jaiba, con nuevo presidente y director deportivo, apuesta por la estabilidad administrativa mientras mantiene viva la esperanza de un regreso a la Liga MX, donde jugó en los 80.
Un paso atrás, pero la lucha sigue
La retirada de Jaiba Brava de la demanda ante el TAS es un golpe para el movimiento por el ascenso y descenso, pero también una jugada comprensible para un equipo que pelea por su lugar en el futbol mexicano. Entre la pasión de su afición y las trabas burocráticas, la Jaiba optó por la cautela, priorizando su futuro inmediato. Mientras tanto, ocho clubes siguen en la batalla legal, y el sueño de ver el ascenso de nuevo en México sigue vivo, aunque con menos fuerza. En Tampico-Madero, la “ola celeste” seguirá rugiendo, pero por ahora, la gloria del ascenso tendrá que esperar.
