En un giro que combina audacia, nostalgia y un toque de dramatismo, el Club Pachuca ha dado un golpe de timón al nombrar a Jaime “Jimmy” Lozano como su nuevo director técnico, justo a las puertas del Mundial de Clubes 2025. La salida abrupta de Guillermo Almada dejó a los Tuzos en una encrucijada, pero la directiva hidalguense no titubeó: apostó por un estratega mexicano de 46 años con un historial que mezcla medallas olímpicas, títulos continentales y una narrativa de resiliencia tras su paso por la Selección Mexicana. ¿Es Lozano el arquitecto que llevará a Pachuca a brillar en el escenario global?
El contexto: Un cambio inesperado en la Bella Airosa
El 29 de mayo de 2025, Pachuca anunció a Lozano con un video que, fiel al estilo del club, destila creatividad: una sala de cine, palomitas, y un repaso por los trofeos históricos de los Tuzos, con la frase: “esto es cine”. La elección llega tras la sorpresiva salida de Almada, un técnico que dejó una huella de intensidad y competitividad, pero cuya partida abrió un capítulo de incertidumbre a solo semanas del Mundial de Clubes (15 de junio al 13 de julio). Con rivales como Real Madrid, Al-Hilal y RB Salzburg en el Grupo H, el reto es titánico. Pero si alguien sabe lidiar con la presión, es Lozano, un hombre que ha navegado tormentas en el Tri y salido con trofeos bajo el brazo.
¿Quién es Jaime Lozano?
Para entender a Lozano, hay que mirar más allá de las estadísticas. Formado en las canteras de Pumas, donde fue campeón en 2004, “Jimmy” no sólo conoce el fútbol mexicano desde sus entrañas, sino que también lleva el ADN de un club que, como Pachuca, apuesta por la formación y la juventud. Su carrera como técnico comenzó en 2017 con Querétaro, donde logró la Supercopa MX, pero su verdadero brillo llegó con la Selección Mexicana Sub-23. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, orquestó una medalla de bronce con un equipo que combinaba talento joven y atrevimiento táctico. Luego, como interino del Tri mayor, alzó la Copa Oro 2023, demostrando que puede competir en grandes escenarios.
Sin embargo, su paso por la Selección no estuvo exento de tropiezos. La eliminación en la fase de grupos de la Copa América 2024 marcó su salida, con críticas por no consolidar un proyecto a largo plazo. Pero Lozano no es de los que se rinden. Ahora, con Pachuca, tiene una oportunidad de redención en un torneo que pondrá a prueba su ingenio frente a gigantes globales.
El sistema de Lozano: Posesión, intensidad y cantera
El pensamiento táctico de Jaime Lozano se puede resumir en una palabra: equilibrio. Su sello, visto en la Sub-23 y el Tri mayor, combina posesión controlada con transiciones rápidas y un enfoque en el balón parado. Según un análisis de The Coaches’ Voice en 2021, Lozano desarrolló una selección olímpica que priorizaba el control del balón, pero con un enfoque práctico: permanecer en campo rival, presionar alto y explotar las bandas. Su 4-3-3, flexible hacia un 4-2-3-1, busca generar superioridad numérica en el mediocampo, con volantes creativos que conecten con extremos veloces y un delantero que funcione como pivote o definidor.
En Tokio, jugadores como Alexis Vega y Sebastián Córdova fueron clave en un esquema que privilegiaba el toque corto y los desbordes. En Pachuca, Lozano podría replicar esta filosofía con talentos como Oussama Idrissi, un extremo habilidoso, o jóvenes de la cantera como Alan Bautista, que encajan en su idea de fútbol dinámico. Además, su énfasis en el balón parado, podría ser un arma ante rivales europeos y asiáticos que dominan el juego posicional.
El desafío del Mundial de Clubes
El Mundial de Clubes 2025, que arranca el 14 de junio en Estados Unidos, será el bautizo de fuego para Lozano. Pachuca debutará el 18 de junio contra RB Salzburg, un equipo conocido por su intensidad y presión. Luego enfrentará al Real Madrid (22 de junio), un coloso con jugadores como Vinícius Jr. y Jude Bellingham, y cerrará la fase de grupos contra Al-Hilal (26 de junio), un conjunto saudí reforzado con estrellas como Kalidou Koulibaly o Sergej Milinković-Savić. La misión es clara: trascender en un grupo donde los Tuzos son, en teoría, el underdog.
Lozano tiene menos de tres semanas para impregnar su estilo en un plantel que ya tiene una base sólida, gracias al trabajo de Almada. La clave estará en su capacidad para adaptar su 4-3-3 a un contexto internacional, donde la precisión y la disciplina táctica son innegociables. Pachuca podría apostar por un bloque medio, cediendo la posesión a rivales como el Madrid, pero buscando contragolpes letales con jugadores rápidos como Idrissi o Juan Alexander Sigala García. Además, la experiencia de Lozano en torneos cortos (como la Copa Oro) le da una ventaja: sabe manejar planteles bajo presión y en formatos de eliminación directa.
El factor cantera: El ADN tuzo en manos de Lozano
Pachuca es conocido por su “Universidad del Fútbol”, una cantera que ha dado joyas como “Chucky” Lozano. Si bien no hay confirmación de refuerzos estelares, el enfoque de Lozano encaja como anillo al dedo con la filosofía tuzo: formar, no solo ganar. Su historial con jóvenes como Córdoba o Diego Lainez demuestra que puede potenciar talentos emergentes, algo crucial para un club que vive de su cantera.
Conclusión: Un nuevo capítulo con sabor a redención
Jaime Lozano llega a Pachuca no como un simple reemplazo, sino como un narrador que busca contar una historia épica. Su sistema de juego, basado en posesión, intensidad y confianza en la juventud, encaja con el espíritu tuzo. El Mundial de Clubes 2025 será su lienzo, y aunque el tiempo apremia, su historial sugiere que puede pintar algo memorable.