29 de mayo de 2022. Estadio Hidalgo. Un día que los corazones rojinegros jamás olvidarán. Hace exactamente tres años, el Atlas de Guadalajara escribió una página dorada en los anales del fútbol mexicano, logrando un bicampeonato histórico al vencer al Pachuca con un global de 3-2 en la final del Clausura 2022. No fue solo un título más; fue la culminación de un sueño que rompió maldiciones, silenció burlas y desató una fiesta que aún resuena en las calles de Jalisco.
Un contexto de sequía y resurrección
Para entender la magnitud de este logro, hay que retroceder en el tiempo. Durante 70 largos años, desde su primer título en la temporada 1950-51, el Atlas fue el eterno “campeón sin corona”, un equipo querido pero marcado por la sequía y las burlas. Todo cambió en el Apertura 2021, cuando, bajo la batuta del estratega argentino, Diego Cocca, los “Zorros” rompieron el maleficio al vencer al León. Ese 12 de diciembre de 2021 fue solo el preludio de lo que estaba por venir.
Seis meses después, el Atlas no solo quería repetir la hazaña, sino hacer historia. Enfrente, en la final del Clausura 2022, estaba el Pachuca, el superlíder del torneo, un equipo hambriento por su séptimo título y con un Estadio Hidalgo convertido en un volcán de pasión blanquiazul. Pero los rojinegros, con el corazón en la mano y una defensa de acero, tenían otros planes.
La ida: Un zarpazo letal en el Jalisco
El primer capítulo de esta final se escribió el 26 de mayo de 2022 en el Estadio Jalisco. Atlas, jugando en casa, mostró su garra. Un golazo de Luis Reyes al minuto 27, tras un centro preciso de Javier Abella, abrió el marcador. Y en el tiempo agregado, Julián Quiñones, con una genialidad, puso el 2-0. Ese resultado no solo dio ventaja al Atlas, sino que encendió la esperanza de algo grande. La Fiel, esa afición rojinegra que nunca abandona, cantaba como si ya oliera el bicampeonato.
La vuelta: Sufrimiento, polémica y gloria
El 29 de mayo de 2022, el Estadio Hidalgo estaba listo para ser el escenario de una batalla épica. Pachuca, dirigido por el uruguayo Guillermo Almada, salió con todo, decidido a remontar el 0-2. Apenas al minuto 8, el ecuatoriano Romario Ibarra desató la locura local con un golazo, driblando a Javier Abella y Anderson Santamaría antes de fusilar a Camilo Vargas. El 1-0 ponía a los Tuzos a un gol de empatar el global.
Atlas, sin embargo, no se arrugó. Diego Cocca había preparado a su equipo para sufrir, y vaya que lo hicieron. Al minuto 45, una mano de Daniel Aceves en el área, revisada por el VAR, dio un penal que Julio Furch convirtió con frialdad para empatar 1-1 y poner el global 3-1. Pero Pachuca no se rindió: en el 45+9, Nicolás Ibáñez cabeceó para el 2-1, dejando a los Tuzos a un gol del alargue.
El segundo tiempo fue un vendaval de emociones. Atlas perdió a Aníbal Chalá por expulsión al minuto 83, quedándose con 10 hombres. Pachuca empujó con todo, pero se topó con un muro: Camilo Vargas. El portero colombiano, figura indiscutible, sacó un cabezazo de Ibáñez al minuto 84 que pudo cambiar la historia. Cuando el árbitro pitó el final, el marcador de la vuelta fue 2-1 para Pachuca, pero el global de 3-2 coronó al Atlas como bicampeón.
El tercer bicampeón en torneos cortos
Con este triunfo, Atlas no solo conquistó su tercer título de Liga MX (1950-51, Apertura 2021, Clausura 2022), sino que se convirtió en el tercer equipo en lograr un bicampeonato en la era de los torneos cortos (desde 1996), uniéndose a Pumas (2004) y León (2013-2014). Además, al ganar ambos torneos del año futbolístico 2021-22, los Zorros se llevaron el título de Campeón de Campeones, un premio doble que redondeó la hazaña.
Diego Cocca, el arquitecto de este éxito, resumió el sentimiento: “Sufrimos muchísimo, fue durísimo, pero estamos muy contentos y orgullosos. La voluntad de este plantel nunca dio nada por perdido”. Por su parte, Camilo Vargas, héroe en la portería, destacó: “Pachuca fue un difícil y excelente rival, pero el corazón de este equipo pudo más”.
La Fiel: El alma de la victoria
No se puede hablar de este bicampeonato sin mencionar a La Fiel, la afición rojinegra que llenó de cánticos el sector visitante del Hidalgo y convirtió la Glorieta de los Niños Héroes en Guadalajara en una fiesta interminable. Desde los que viajaron hasta Pachuca hasta los miles que se reunieron en plazas y bares, los seguidores del Atlas demostraron que su amor por los colores rojinegros es inquebrantable.
Una fecha que trasciende
Hace tres años, el Atlas no solo ganó un título; cambió su narrativa. De ser el equipo de las burlas pasó a ser un símbolo de resiliencia y grandeza. Hoy, en 2025, los rojinegros miran al futuro con la esperanza de recobrar esa competitividad, pero aquel 29 de mayo de 2022 siempre será recordado como el día en que los Zorros rugieron más fuerte que nunca.