Hay noches que trascienden el fútbol y se convierten en leyendas. El 21 de mayo de 2016, en el Estadio Victoria de Aguascalientes, el Club Necaxa escribió una página dorada en su historia al coronarse campeón del Ascenso MX Clausura 2016 frente a FC Juárez, asegurando su regreso a la Liga MX tras años de lucha. Fue una final intensa, sufrida, pero gloriosa, que culminó con los Rayos levantando el trofeo y la afición estallando en júbilo. Nueve años después, recordamos ese día mágico en el que el Necaxa renació.
El contexto: Un gigante con sed de revancha
El Necaxa, fundado en 1923 por el ingeniero escocés William H. Fraser, es uno de los clubes históricos del fútbol mexicano, con tres títulos de Liga MX y una rica herencia en México. Sin embargo, los años previos a 2016 fueron un calvario. Relegado a la división de Ascenso MX en 2009 tras una campaña desastrosa, el equipo había pasado siete temporadas peleando por volver a la élite. La mudanza de la Ciudad de México a Aguascalientes en 2003 no ayudó: la asistencia al Estadio Victoria cayó drásticamente, y el club tocó fondo emocional y deportivo.
El Apertura 2015 trajo esperanza. Necaxa ganó el título de Ascenso MX al vencer a Atlante, pero perdió la final de ascenso contra Dorados de Sinaloa, quedándose a un paso de la Liga MX. Para el Clausura 2016, bajo la dirección de Alfonso “Poncho” Sosa, los Rayos llegaron con hambre de redención. Enfrente, FC Juárez, un equipo joven fundado en 2015 y apodado los Bravos, buscaba sorprender en su primera final de Ascenso MX.
La Final de Ida: Necaxa golpea primero en Zacatecas
La final de ida se jugó el 18 de mayo de 2016 en el Estadio Francisco Villa, hogar temporal de FC Juárez, que aún no tenía su propio estadio (el Olímpico Benito Juárez se inauguraría en 2019). Necaxa llegó con ventaja deportiva: si el marcador global empataba, los Rayos ascenderían por mejor posición en la tabla general. Pero no se conformaron con eso. Con un planteamiento táctico sólido, los dirigidos por Sosa se impusieron 2-0.
Jahir Barraza fue el héroe de la noche, anotando un doblete que silenció a los 8,000 aficionados juarenses. El primer gol llegó al minuto 12, un remate cruzado tras un pase filtrado de Jesús Isijara, y el segundo al 65’, aprovechando un error defensivo de los Bravos. FC Juárez, a pesar de su ímpetu, no pudo romper la muralla necaxista, liderada por el portero Yosgart Gutiérrez, quien tuvo una noche impecable. Los Rayos se fueron a casa con una ventaja sólida, pero la vuelta prometía emociones.
La Vuelta en Aguascalientes: Una batalla épica
El 21 de mayo de 2016, el Estadio Victoria, con capacidad para 25,500 personas, se llenó hasta el tope con 23,000 aficionados vestidos de rojo y blanco, ansiosos por ver a su equipo regresar a la primera división. La ciudad de Aguascalientes estaba en ebullición: ese mismo día se clausuraba la Feria Nacional de San Marcos, y el ambiente era de fiesta total. Sin embargo, en la cancha, la final fue todo menos un carnaval.
FC Juárez, dirigido por Sergio Orduña, salió con una línea de tres en el fondo, apostando por ataques rápidos liderados por Leandro Carrijo y Diego Chávez. Necaxa, en cambio, adoptó una estrategia más pragmática: ensuciar el juego, controlar el balón y aprovechar los espacios. Como lo describió Grupo Milenio, “fue una lucha sorda, de intensidad”. Los Bravos tuvieron al menos tres oportunidades claras: un cabezazo de Carrijo que pasó rozando el poste, un disparo de Chávez que desvió la defensa necaxista, y un tiro libre de Edgar Mejía que Yosgart Gutiérrez atajó de forma espectacular.
Necaxa también tuvo sus momentos. Al minuto 5, Barraza estuvo cerca de liquidar la serie con un disparo que el portero juarense, Cirilo Saucedo, desvió con las uñas. Al 10’, un tiro de Luis Gallegos fue bloqueado por la zaga de Juárez. Pero el partido se volvió un duelo de desgaste. Sosa ajustó su estrategia en el segundo tiempo, metiendo a Édgar “Gansito” Hernández como un segundo delantero para generar peligro, mientras Juárez presionaba con todo por el gol que los metiera en la pelea.
El marcador no se movió: 1-0 para Necaxa en la vuelta, 3-0 en el global. Al silbatazo final, el Estadio Victoria estalló en júbilo. Los jugadores necaxistas se abrazaron en el césped, mientras los aficionados cantaban “¡Necaxa, Necaxa!” al unísono. Yosgart Gutiérrez, con lágrimas en los ojos, levantó el trofeo del Clausura 2016, un título que significaba mucho más: el boleto de regreso a la Liga MX tras siete años de ausencia.
El legado del Ascenso
El ascenso de 2016 marcó un nuevo comienzo para Necaxa. En su regreso a la Liga MX, sorprendieron al llegar a semifinales en el Apertura 2016, eliminando al Pachuca antes de caer contra América. Desde entonces, los Rayos han tenido altibajos, pero han sabido mantenerse en primera división. En la temporada 2024-25, bajo la dirección de Nicolás Larcamón, Necaxa terminó el Clausura 2025 en el puesto 5 de la tabla general, clasificando a Liguilla, aunque cayó ante Tigres en Cuartos de Final. Actualmente, el equipo cuenta con una plantilla joven y un valor de mercado de 40 millones de euros.
FC Juárez, por su parte, ascendió a Liga MX en 2019 tras comprar la plaza de Lobos BUAP. Hoy, los Bravos ocuparon el lugar 9 en la tabla del Clausura 2025, con 24 puntos.
Un recuerdo eterno
Nueve años después, el 21 de mayo de 2016 sigue siendo un día inolvidable para la afición necaxista. Fue más que un título: fue el renacer de un gigante. En las calles de Aguascalientes, aún se escucha el eco de los cánticos de esa noche, cuando el Estadio Victoria vibró como nunca. Necaxa volvió a donde pertenece, y lo hizo con garra, corazón y un portero que se convirtió en héroe. Como dijo Poncho Sosa tras el partido: “Esto es para la gente que nunca dejó de creer” . Y nosotros, nueve años después, tampoco olvidamos.