Múnich, la cuna del fútbol alemán, se viste de gala una vez más para albergar por quinta vez la final de la UEFA Champions League en el imponente Allianz Arena. Pero esta no es una final cualquiera: la ciudad bávara tiene un historial peculiar que pone los nervios de punta a los hinchas. En las cuatro ocasiones previas que Múnich acogió la final, el equipo que levantó la “Orejona” nunca había sido campeón del torneo antes. Y ahora, con el Inter de Milán y el Paris Saint-Germain (PSG) enfrentándose en la gran final de 2025, la pregunta resuena: ¿Se mantendrá la tradición? ¿O romperá uno de estos gigantes la maldición de Múnich?
Una tradición que pesa
El Olympiastadion de Múnich, y ahora el Allianz Arena, han sido testigos de momentos que han cambiado la historia de la Champions League. Lo curioso es que, en cada una de las finales disputadas en esta ciudad, el trofeo siempre terminó en manos de un equipo que nunca antes había conquistado el torneo:
1978/79: Nottingham Forest, el cuento de hadas inglés
En 1979, el Nottingham Forest, un equipo modesto de Inglaterra dirigido por el excéntrico Brian Clough, escribió una de las historias más improbables del fútbol europeo. Enfrentándose al Malmö FF de Suecia en el Olympiastadion, el Forest ganó 1-0 con un gol de Trevor Francis, quien se había convertido en el primer futbolista británico en costar £1 millón. El partido no fue un espectáculo de goles, pero el impacto fue monumental: un club pequeño, que había eliminado al Liverpool (bicampeón defensor) en el camino, se coronó campeón de Europa por primera vez. Y, para rematar, lo repetirían al año siguiente.
1992/93: Olympique de Marsella, el primer francés en la cima
Avanzamos a 1993, y el Olympiastadion vuelve a ser el escenario de una hazaña. El Olympique de Marsella, liderado por el controvertido Bernard Tapie, se enfrentó al poderoso AC Milan. Con un gol de Basile Boli, el Marsella venció 1-0 y se convirtió en el primer club francés en ganar la Champions. Sin embargo, esta victoria estuvo envuelta en controversia: años después se descubrieron escándalos de dopaje y amaño de partidos en la liga francesa (aunque no en la Champions), lo que empañó el logro. Aún así, Múnich fue testigo de otro equipo que tocó el cielo europeo por primera vez.
1996/97: Borussia Dortmund, la noche mágica de los alemanes
En 1997, el Borussia Dortmund llegó a Múnich para enfrentarse a la Juventus de Zinedine Zidane. Los alemanes, dirigidos por Ottmar Hitzfeld, dieron la sorpresa al ganar 3-1. Dos goles de Karl-Heinz Riedle y un tanto inolvidable de Lars Ricken, quien con solo 20 años, marcó a los 16 segundos de entrar al campo con un globito desde 20 metros, aseguraron el título para el Dortmund. Fue la primera vez que el club amarillo y negro se coronaba en Europa, y lo hicieron en suelo alemán, frente a un Olympiastadion que vibró con cada gol.
2011/12: Chelsea, el milagro de los Blues
La última vez que Múnich acogió una final de Champions fue en 2012, y vaya que fue épica. El Chelsea, un equipo que había coqueteado con la gloria europea durante años pero nunca la había alcanzado, se enfrentó al Bayern Múnich en el Allianz Arena, la casa de los bávaros. Contra todo pronóstico, los Blues se impusieron en una tanda de penales dramática (4-3) después de empatar 1-1 en el tiempo reglamentario. Didier Drogba, con un cabezazo en el minuto 88 y un penal decisivo en la tanda, se convirtió en el héroe de la noche. El Chelsea, por fin, era campeón de Europa, y Múnich seguía fiel a su tradición: un nuevo rey europeo nacía en su suelo.
Inter de Milán vs PSG: Una final con historia y un posible déjà vu
La final de 2025 enfrentará al Inter de Milán y al Paris Saint-Germain, dos equipos con hambre de gloria, pero con historias muy diferentes en la Champions. El Inter ya sabe lo que es ganar el torneo: lo hizo en 1964, 1965 y 2010, este último bajo la dirección de José Mourinho. Sin embargo, el PSG aún no ha levantado la “Orejona”, a pesar de haber llegado a la final en 2020 (perdiendo 1-0 ante el Bayern Múnich) y de ser un habitual en las rondas finales en los últimos años.
Curiosamente, esta no es la primera vez que Inter y PSG se ven las caras en una final europea en Múnich. Según registros históricos, ambos clubes se enfrentaron en un contexto similar hace décadas, aunque no en una final de Champions, sino en competiciones menores como la extinta Recopa de Europa. Sin embargo, el dato clave aquí es la maldición de Múnich: dado que el Inter ya ha sido campeón, la tradición apunta al PSG como el posible ganador. ¿Podría el equipo parisino, liderado por su ambición y un plantel estelar, romper su propia maldición y alzar su primera Champions en el Allianz Arena?
Por otro lado, el Inter llega con una mezcla de experiencia y hambre. Los nerazzurri, con jugadores como Lautaro Martínez (máximo goleador histórico del club en Champions con 21 goles), buscan su cuarto título europeo y el primero desde 2010. Pero la historia de Múnich no juega a su favor: los equipos que ya han ganado la Champions nunca han salido victoriosos en esta ciudad.
¿Por qué Múnich es tan especial para la Champions?
Múnich no solo es una ciudad apasionada por el fútbol, sino que su atmósfera parece tener un efecto mágico en los equipos que llegan a la final sin un título europeo en sus vitrinas. El Olympiastadion, con su diseño futurista para la época, y ahora el Allianz Arena, con su capacidad para 75,000 espectadores y su icónica iluminación, han sido escenarios perfectos para historias de superación. Además, la presión de jugar en un estadio tan emblemático parece nivelar las cosas: los gigantes caen, y los “pequeños” encuentran su momento de gloria.
¿Qué esperar de la final de 2025?
La final de 2025 promete ser un choque de titanes. El PSG, con su historial de estrellas como Marquinhos, Ousmane Dembélé, Khvicha Kvaratskhelia y Vitinha, ha demostrado que puede competir al más alto nivel, pero su falta de un título europeo es una espina que quieren sacarse. El Inter, por su parte, tiene la experiencia de haber ganado la Champions, pero la maldición de Múnich podría jugar en su contra.
Si la tradición se mantiene, el PSG podría convertirse en el quinto equipo en ganar su primera Champions en Múnich, un logro que sería histórico para el club francés. Pero el Inter no se quedará de brazos cruzados: su historia, su garra y su afición los convierten en un rival temible. Además, el antecedente de enfrentamientos previos entre ambos equipos añade un toque de déjà vu a esta final. ¿Repetirán la historia de un duelo en suelo alemán, o será un capítulo completamente nuevo?
Lo único seguro es que el Allianz Arena será el escenario de una noche inolvidable. Porque si algo nos ha enseñado Múnich, es que en esta ciudad, los sueños más improbables se hacen realidad.