En el corazón de Hidalgo, donde el fútbol respira pasión y los sueños nacen en la cantera, Guillermo Almada ha forjado un legado que trasciende los trofeos. Este uruguayo de 55 años, al mando de los Tuzos del Pachuca, no solo ha cambiado la forma en que se juega en la Liga MX; ha redefinido lo que significa ser un entrenador en México. En el Clausura 2025, Almada llevó a Pachuca a los Cuartos de Final de la Liguilla tras vencer a Monterrey (2-1) en el Play-In, demostrando que su filosofía de ataque vertiginoso, confianza en jóvenes y una mentalidad de “dejar sangre en la cancha” sigue siendo un huracán imparable. Con un título de Liga MX (Apertura 2022), una Concachampions 2024 y un subcampeonato en la Copa Intercontinental, Almada se despide de Pachuca rumbo al Mundial de Clubes 2025, dejando un fútbol mexicano más valiente, joven y vibrante.
De Montevideo a Hidalgo
Guillermo Almada Alves, nacido el 18 de junio de 1969 en Montevideo, Uruguay, no llegó a México como una estrella. Como futbolista, fue un mediocampista modesto, jugando para clubes como Defensor Sporting, América de Cali y O’Higgins de Chile, donde anotó un gol memorable en 1989. Su carrera como jugador terminó en 2007, pero su verdadera vocación comenzó en 2008 con Tacuarembó FC, donde mostró un talento innato para transformar equipos con recursos limitados. Tras éxitos en Barcelona SC de Ecuador (campeón 2016) y Santos Laguna (subcampeón Liga MX 2021), Almada aterrizó en Pachuca en diciembre de 2021, un club conocido por su apuesta por la cantera pero hambriento de títulos.
“Quiero equipos que jueguen con el corazón, que ataquen sin miedo y que nunca se rindan”, dijo Almada en su presentación. Su llegada marcó el inicio de una era donde los Tuzos no solo ganarían partidos, sino que cambiarían la narrativa del fútbol mexicano, desafiando a gigantes como América y Monterrey con un plantel joven y un estilo que combina la garra uruguaya con la creatividad azteca.
Un huracán ofensivo
En el Clausura 2025, el Pachuca de Almada es un espectáculo de intensidad y audacia. Su formación predilecta, un 4-2-3-1, es más que un esquema; es una declaración de intenciones. Los Tuzos juegan con presión alta, transiciones rápidas y un enfoque en los carriles laterales que desarma defensas. Según Statiskicks, Pachuca lideró la Liga MX en pases al último tercio (1,245) y fue segundo en goles esperados (xG, 28.4), solo detrás de América. Su promedio de 2.1 goles por partido refleja una ofensiva letal, impulsada por jugadores como Salomón Rondón, John Kennedy y Oussama Idrissi.
El sello de Almada es la fluidez. Sus equipos no se conforman con controlar el balón (56% de posesión promedio); buscan herir con cada posesión. Contra Monterrey en el Play-In, Pachuca remontó con goles de Eduardo Bauermann y Rondón, mostrando la capacidad de adaptarse bajo presión. Su pressing, inspirado en Pep Guardiola pero adaptado al ritmo mexicano, genera un promedio de 15 recuperaciones por partido, muchas en campo rival, lo que alimenta contragolpes devastadores.
A diferencia del tradicional “catenaccio” uruguayo, Almada apuesta por un fútbol vertical. “No me interesa defenderme; quiero atacar, siempre”, dijo a The Athletic en 2021. Esta mentalidad se vio en el 3-0 contra Botafogo en la Copa Intercontinental, donde Pachuca humilló al campeón de la Libertadores con goles de canteranos y refuerzos jóvenes, un testimonio de su capacidad para competir globalmente.
El arquitecto de la emoción
El éxito de Almada no radica solo en su esquema táctico, sino en su capacidad para leer el juego y empoderar a sus jugadores. Su filosofía se basa en tres pilares: intensidad, creatividad y disciplina defensiva. En 2025, Pachuca promedia 12.8 disparos por partido, pero también es el equipo con menos goles recibidos en jugadas a balón parado (2), gracias a la organización de veteranos como Gustavo Cabral y la versatilidad de Elías Montiel.
Almada no teme experimentar. En el Clausura 2025, rotó entre un 4-3-3 contra equipos defensivos como Puebla y un 4-4-2 en duelos físicos como el de Tigres, permitiendo a jugadores como Santiago Homenchenko brillar en el mediocampo. Su atención al detalle es obsesiva.
Pero lo que hace único a Almada es su conexión emocional con sus jugadores. “Si el rival deja piel, nosotros dejamos sangre”, dijo tras eliminar a Monterrey en 2021. Esta mentalidad de “guerra” se refleja en 2025: Pachuca es el equipo con más duelos ganados (58% de éxito) y el segundo en faltas cometidas, mostrando una intensidad que intimida.
La cantera que brilla
Si algo define a Almada, es su fe en los jóvenes. Desde su llegada en 2021, ha debutado a 17 jugadores en Primera División, más que cualquier otro técnico en la Liga MX, según Esto. En el Clausura 2025, Pachuca tiene el plantel más joven de la liga (23.9 años de promedio), pero compite como veterano. Jugadores como Pedro Pedraza (debut 2022), Julio Pérez (2023) y Alexéi Domínguez (2024) son titulares habituales, mientras que Elías Montiel, de 20 años, es el cerebro del mediocampo con 3 asistencias y un 91% de precisión en pases.
Almada no solo da minutos; transforma talentos. “Mi trabajo es hacer que crean en sí mismos”, dijo en Infobae. Esta filosofía ha convertido a Pachuca en un semillero global, con exalumnos como Hirving Lozano y Erick Gutiérrez como precedentes, y ahora Montiel en la mira de clubes europeos.
En el Play-In contra Monterrey, tres canteranos iniciaron: Montiel, Pedraza y Domínguez, quienes sumaron 12 duelos ganados y 2 intercepciones clave. Almada los prepara como si fueran veteranos, pero los protege como mentor. “Estos chicos son el futuro de México”, dijo tras el 2-1, dedicando la victoria a la cantera.
Personalidad: El guerrero que abraza
Almada es un torbellino de pasión. En la banda, grita, gesticula y vive cada partido como si fuera una final. Su frase icónica, “Somos la piedra en el zapato”, refleja su mentalidad de underdog que desafía a los gigantes. Pero fuera del campo, es un padre para sus jugadores. Tras el Play-In, abrazó a Montiel, quien lloraba de emoción, y dedicó palabras a Rondón: “Salomón es nuestro líder, pero estos chicos son nuestro orgullo”.
Su crítica al calendario de la Liga MX, al que llamó “hazmerreír” en 2024, muestra su franqueza. No teme enfrentarse a los directivos, pero su humildad lo mantiene cerca de la afición. En Hidalgo, los hinchas lo veneran, aunque descartó propuestas de Cruz Azul y Tigres, su futuro tras el Mundial de Clubes es incierto, con rumores que lo vinculan a la Selección de Ecuador.
Un legado único
Guillermo Almada no solo ganó trofeos; cambió el fútbol mexicano. Hizo de Pachuca un equipo que juega sin miedo, que confía en sus jóvenes y que compite contra el mundo. En el Clausura 2025, su Liguilla es una despedida agridulce, pero su impacto perdurará en cada canterano que debute, en cada gol que celebre Hidalgo y en cada aficionado que crea que el fútbol puede ser arte y guerra al mismo tiempo.
Desde Montevideo hasta el Estadio Hidalgo, Almada dejó sangre, sudor y un mensaje: “El fútbol es para los valientes”. Mientras se prepara para enfrentar al Real Madrid en el Mundial de Clubes, México le dice gracias a un uruguayo que nos enseñó a soñar en grande.