En el T-Mobile Park de Seattle, donde las noches de béisbol se convierten en un espectáculo de pasión y adrenalina, un mexicano de 26 años está redefiniendo lo que significa ser un cerrador en las Grandes Ligas. Andrés Muñoz, apodado “El Plebe”, no solo lidera la MLB con 10 salvamentos en la temporada 2025; lo hace con una efectividad de 0.00 ERA, sin permitir una sola carrera en 14 apariciones. Con rectas que rozan las 101 millas por hora y un slider que hace temblar a los bateadores, el sinaloense de los Seattle Mariners está poniendo el nombre de México en lo más alto.
De Los Mochis al sueño americano
Andrés Clemente Muñoz Apodaca nació el 16 de enero de 1999 en Los Mochis, Sinaloa, una tierra famosa por su caña de azúcar y su legado beisbolero. Creció idolatrando a Fernando Valenzuela y soñando con las Grandes Ligas, pero su camino no fue fácil. En un barrio donde el béisbol era más que un deporte, Muñoz encontró en la pelota una forma de escapar de las limitaciones “Desde niño, lanzaba con todo, como si cada pitcheo fuera el último”, contó su padre en una entrevista con ESPN México. A los 16 años, su talento llamó la atención de los San Diego Padres, quienes lo firmaron como agente libre internacional por $700,000 en 2015.
Muñoz debutó profesionalmente en 2016 con los Arizona Padres de la Rookie League, pero su camino estuvo lleno de obstáculos. En 2017, mostró destellos de grandeza con los Tri-City Dust Devils, ponchando a 38 bateadores en 24 apariciones. Sin embargo, una lesión en el codo lo llevó a la temida cirugía Tommy John en 2020, justo cuando empezaba a brillar con los Padres. “Pensé que mi carrera se acababa”, confesó Muñoz en MLB Network. Pero, como el sinaloense que es, se levantó con más fuerza.
El renacer en Seattle
En agosto de 2020, los Padres enviaron a Muñoz, junto a Ty France y Taylor Trammell, a los Seattle Mariners en un cambio por Austin Nola y otros relevistas. Para un joven de 21 años, recuperándose de una cirugía, el cambio fue un golpe emocional: “Llegué a Seattle sin saber qué esperar, pero sabía que tenía que demostrar quién soy”, dijo. Su debut con los Mariners en 2021 fue breve, pero en 2022 explotó: 4 salvamentos, 2.45 ERA y 96 ponches en 65 entradas, con una recta que promediaba 100.2 mph y un slider que dejaba a los bateadores en ridículo (.126 de promedio en contra).
En 2023, las lesiones volvieron a acechar: una distensión en el deltoides y una inflamación en el hombro lo limitaron hasta junio. Pero cuando regresó, asumió el rol de cerrador tras la salida de Paul Sewald y nunca miró atrás. Terminó con 13 salvamentos y fue nombrado Relevista del Mes en la Liga Americana en agosto. En 2024, consolidó su estatus con 22 salvamentos, un 1.45 ERA y una candidatura al All-Star que muchos consideran fue injustamente negada. “Andrés es nuestra ancla”, dijo el mánager Scott Servais, quien lo llamó “un All-Star robado”.
2025: El año del “Plebe”
La temporada 2025 ha sido la consagración de Muñoz. Con 10 salvamentos en 10 oportunidades, comparte el liderato de la MLB con Robert Suárez de los Padres. Su 0.00 ERA en 14 partidos y 14 entradas, con 18 ponches y solo 6 bases por bolas, lo convierte en el cerrojo más confiable del béisbol. Su última joya fue el 27 de abril contra los Miami Marlins, cuando retiró a tres bateadores en orden para sellar un 7-6 y alcanzar su 50º salvamento en la MLB, superando a Giovanny Gallegos (45) y acercándose a los históricos Enrique y Vicente Romo (52).
Muñoz no solo domina con números; lo hace con estilo. Su recta, que ha tocado 101.3 mph, es un misil que intimida, pero su slider, descrito como “devastador” por The Athletic, es el verdadero asesino. En Fenway Park, frente a los Red Sox, ponchó a Trevor Story con una recta de 100.1 mph y abanicó a Kristian Campbell con un slider que pareció desvanecerse. “Es como si la pelota tuviera vida propia”, dijo el receptor Cal Raleigh.
La mentalidad del “Plebe”
Lo que hace a Muñoz único no es solo su brazo; es su corazón. Apodado “El Plebe” por su humildad y raíces sinaloenses, Muñoz combina una confianza feroz con una calma que desarma. “Mi mentalidad es atacar desde el primer pitcheo”, dijo en MLB Network. Esta agresividad recuerda a los grandes cerradores como Mariano Rivera, pero con un toque mexicano: tras cada salvamento, Muñoz señala al cielo en honor a su familia y su fe.
Fuera del diamante, es un joven que no olvida de dónde viene. En Los Mochis, organiza clínicas de béisbol para niños, y en Seattle, su risa contagiosa y su amor por los tacos lo han convertido en el alma del clubhouse. “Es el tipo que te hace sonreír, pero en la loma es un monstruo”, dijo Randy Arozarena, su compañero mexicano en los Mariners. Su historia de superación, desde una cirugía que pudo acabar con su carrera hasta liderar la MLB, resuena con los aficionados. “Quiero que los niños en México sepan que los sueños se cumplen si peleas”, dijo en ESPN México.
El futuro: ¿El mejor cerrador de la MLB?
Con solo 26 años, Muñoz está en camino de romper récords. Su 50 salvamentos en la MLB lo colocan cerca de los grandes relevistas mexicanos como Joakim Soria (223). Si mantiene este ritmo, podría superar su marca personal de 22 salvamentos en 2024 y convertirse en el primer mexicano en ganar el Premio Mariano Rivera al mejor relevista de la Liga Americana. Los Mariners, líderes en la División Oeste, confían en él para guiarlos a los playoffs, algo que no logran desde 2022.
Pero Muñoz no se conforma. “Quiero ser el mejor, no solo de México, sino del mundo”, dijo en Marca USA. Con un contrato de $7.5 millones hasta 2025 (con opciones hasta 2028 por $24 millones), su futuro es brillante. Y mientras los scouts lo comparan con leyendas como Dennis Eckersley, los fans mexicanos ya lo ven como un ídolo eterno.
Andrés Muñoz no solo tira lumbre; enciende corazones. Desde las calles de Los Mochis hasta los reflectores de Seattle, su historia es la de un guerrero que transforma el dolor en gloria. Cada salvamento es un grito de orgullo para México, cada ponche un recordatorio de que los sueños no tienen fronteras. En 2025, “El Plebe” no solo lidera la MLB en salvamentos; está escribiendo un legado que resonará por generaciones.