sábado, abril 26, 2025
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Pablo Barrera: El ‘Dinamita’ infravalorado que iluminó el Fútbol Mexicano

En el fútbol mexicano, hay nombres que resuenan como truenos, pero otros, como Pablo Barrera, brillan con una luz silenciosa, subestimada, pero innegable. A sus 37 años, “El Dinamita” ha dejado una huella imborrable en la Liga MX, la Selección Mexicana y hasta en Europa, aunque su legado a menudo queda eclipsado por figuras más mediáticas. Desde su infancia en Tlalnepantla hasta capitanear al Querétaro FC, la historia de Barrera es un canto a la resiliencia, el talento y la pasión por el balón. 

Raíces humildes, sueños grandes

Pablo Édson Barrera Acosta nació el 21 de junio de 1987 en Tlalnepantla, Estado de México, en un entorno donde el fútbol era más que un juego: era una vía de escape. A los 11 años, ingresó a las fuerzas básicas de Pumas UNAM, guiado por Osvaldo Castro en la escuela Colo-Colo de su localidad. Su talento era evidente, pero también su sacrificio. Viajes largos desde casa hasta el entrenamiento forjaron su carácter, un rasgo que lo definiría toda su carrera.

Debutó en Primera División el 19 de noviembre de 2005, bajo el mando de Miguel España, en un partido contra Tigres (derrota 3-1). Su primer gol llegó en el Apertura 2007 ante Monarcas Morelia, un destello de lo que vendría. Con Ricardo “Tuca” Ferretti, Barrera se consolidó como titular, destacando por su velocidad, regate y centros precisos. En 2007, fue subcampeón del Apertura, perdiendo la final ante Atlante, pero su desempeño lo puso en la mira de todos.

El salto a Europa: Luces y sombras

El Mundial de Sudáfrica 2010 fue el escaparate que catapultó a Barrera al Viejo Continente. Con el Tri, aportó una asistencia y mostró su desborde, ganándose un contrato con el West Ham United de la Premier League en julio de 2010. Sin embargo, la aventura inglesa fue dura. En la temporada 2010-2011, jugó solo 14 partidos (1 gol, 2 asistencias), luchando contra la falta de minutos y el descenso del equipo a la Championship: “Me apresuré en regresar al fútbol mexicano”, admitió años después, reflexionando sobre su decisión de no pelear más por un lugar en Europa.

En 2011, fue cedido al Real Zaragoza de LaLiga, dirigido por Javier Aguirre. Aunque llegó con ilusión, la crisis del club y su adaptación limitada lo restringieron a 20 partidos (1 gol). La experiencia europea, aunque no triunfal, le dio madurez: “Europa me enseñó la importancia del día a día”, un aprendizaje que llevó de vuelta a México.

Regreso a México: Títulos, lesiones y redención

En 2012, Barrera firmó con Cruz Azul, donde vivió momentos agridulces. Bajo la dirección de Guillermo Vázquez, ganó la Copa MX Clausura 2013 y la Concachampions 2014, pero la final perdida ante América en el Clausura 2013, donde falló un penal clave, marcó un punto bajo. Las lesiones, incluida una operación en la rodilla derecha en 2013 que lo alejó seis meses, frenaron su brillo.

Su paso por Monterrey, Pumas y Atlético de San Luis, mostró destellos de su calidad, pero no la consistencia de antaño. En 2021, llegó al Querétaro FC, un equipo en reconstrucción. Contra todo pronóstico, a sus 34 años, Barrera se convirtió en líder y capitán. Su técnica, asistencias y goles revitalizaron a los Gallos Blancos, ganándose el respeto de la afición. 

¿Por qué está infravalorado?

Barrera es un caso clásico de talento subestimado. A pesar de su velocidad endiablada y su capacidad para desbordar, nunca recibió el reflector de figuras como Javier Hernández o Andrés Guardado. Su aventura europea, aunque breve, lo enfrentó a ligas de élite, algo que pocos mexicanos logran. Sin embargo, las lesiones (como la rotura de ligamento cruzado en 2008 y la operación de 2013) y su regreso apresurado a México en 2012 lo alejaron de la gloria continental. En México, su rol de “jugador de equipo”, asistiendo más que anotando, lo mantuvo fuera de los titulares sensacionalistas.

Barrera no es un jugador de vitrinas vacías. Sus títulos incluyen:

  • Pumas UNAM: Subcampeón Apertura 2007.
  • Cruz Azul: Copa MX Clausura 2013, Concachampions 2014.
  • Selección Mexicana: Copa Oro 2009, Mundial Sub-20 2007 (2 goles), Mundial Sudáfrica 2010 (1 asistencia).
  • Individual: Máximo asistente en varios torneos y reconocimiento como capitán en Querétaro.

Con el Tri, disputó 57 partidos y marcó 6 goles, destacando su debut en 2007 ante Guatemala y su gol en la Copa Oro 2011 para darle la vuelta a Estados Unidos en la final.

Actualidad: Un líder en el ocaso

En el Clausura 2025, Barrera, con 37 años, sigue siendo el corazón de Querétaro. En la Jornada 17, anotó un golazo ante Mazatlán, sumando 3 participaciones de gol (2 tantos, 1 asistencia) en sus últimos 3 partidos. Con 33/36 pases precisos y 3/4 duelos ganados en ese juego, demostró que la edad es solo un número.

Consciente de que el retiro está cerca, Barrera ya planea su futuro como entrenador. “Quiero seguir pegado al fútbol. Tomaré cursos y estaré preparado”, dijo a Mediotiempo en noviembre de 2024. Su admiración por técnicos como Martín Anselmi, Javier Aguirre y Ricardo Ferretti revela su ambición de aprender y trascender desde el banquillo.

El legado de “El Dinamita”

Pablo Barrera no será recordado por reflectores o portadas, sino por su entrega. Es el canterano que salió de Tlalnepantla para enfrentarse al West Ham, el Zaragoza y los mejores de México. Es el capitán que, a los 37, sigue corriendo como si fuera su primer día. Es el infravalorado que, en cada centro, cada gol, cada sacrificio, recuerda que el fútbol no solo se trata de brillar, sino de resistir.

En un deporte obsesionado con lo efímero, Barrera es un recordatorio de que los verdaderos héroes no siempre llevan capa, pero siempre dejan huella. Y México, aunque a veces lo olvide, también está orgulloso de él.

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