Adiós a una leyenda del arco. Muere Hugo Gatti, ícono de Boca Juniors.

Hugo Orlando Gatti es uno de los personajes más carismáticos, polémicos y recordados en la historia del fútbol argentino. Sin duda su estilo de jugar fue único y será recordado como uno de los más grandes íconos del arco del fútbol argentino.

Nombre completo: Hugo Orlando Gatti
Apodo: El Loco
Nacimiento: 19 de agosto de 1944, Buenos Aires, Argentina
Posición: Portero

Trayectoria como futbolista

Gatti jugó durante casi tres décadas (1962–1988), lo cual es un hito. Jugó en varios clubes importantes:
Atlanta
River Plate
Gimnasia de La Plata
Unión de Santa Fe
Boca Juniors
Con Boca, ganó varios títulos y fue figura entre 1976 y 1988, consolidándose como ídolo.

Estilo de juego
Era un arquero atípico y revolucionario para su época.
Jugaba muy adelantado, casi como líbero, algo que hoy se ve común con los porteros modernos.
Usaba la pelota con los pies con una soltura impresionante.
Era muy provocador, confiado, y hasta arriesgado al extremo.

El showman del fútbol

Fue un personaje mediático, incluso cuando jugaba.
Usaba vinchas, peinados largos, y daba declaraciones muy polémicas.
Famoso por “bolear” penales (quedarse parado sin moverse, desafiando al pateador).
Se enfrentó verbalmente muchas veces con otros arqueros y jugadores.

Récords y logros

Uno de los arqueros con más partidos en la historia del fútbol argentino (más de 750).
En su tiempo, fue el arquero con más penales atajados en la liga argentina.
Campeón con Boca de torneos locales e internacionales, incluyendo la Copa Libertadores (1977) y la Intercontinental.

Después del fútbol

Se convirtió en panelista y comentarista en programas de TV, sobre todo en España (como El Chiringuito).
Mantiene su estilo polémico, siempre con opiniones fuertes sobre Messi, Maradona, y el fútbol moderno.

Legado

Hugo Gatti fue precursor del “arquero moderno”, aunque en su época fue incomprendido por muchos. A día de hoy, muchos lo ven como un adelantado a su tiempo. Su figura sigue siendo divisiva: amado por unos, criticado por otros, pero imposible de ignorar.