viernes, abril 18, 2025
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Grannies 2025: El torneo de fútbol donde las abuelitas son las reinas del balón

En el corazón de Limpopo, Sudáfrica, donde los árboles de aguacate y naranja abrazan el paisaje, un evento único hace vibrar el estadio Nkowankowa cada dos años. No es un Mundial de estrellas juveniles ni un clásico de clubes millonarios. Es el Grannies International Football Tournament (GIFT) 2025, el torneo de fútbol donde las abuelitas, mujeres mayores de 50 años, demuestran que la pasión por el balón no tiene fecha de caducidad. Con vuvuzelas rugiendo, risas en el aire y goles que celebran la vida, este campeonato es mucho más que un juego: es un canto a la salud, la comunidad y los sueños que nunca envejecen.

El origen: Una chispa de vida en Tzaneen

Todo comenzó en 2007, cuando Rebecca “Mama Beka” Ntsanwisi, una activista comunitaria de Tzaneen, decidió desafiar los estereotipos. Tras superar un diagnóstico de cáncer de colon que la dejó en silla de ruedas, Beka se propuso no solo recuperar su salud, sino inspirar a otras mujeres mayores. En su pueblo, muchas abuelas vivían solas, cuidando nietos o enfrentando achaques sin moverse mucho. Su solución fue radical: formar un equipo de fútbol para abuelitas, el Vakhegula Vakhegula FC (“Abuelas, Abuelas” en lengua tsonga).

Al principio, las risas y críticas no faltaron. “¿Abuelitas jugando fútbol?, deberían estar en casa tejiendo, decían algunos. Pero Beka y sus jugadoras, con edades entre 50 y 80 años, no hicieron caso. En un campo polvoriento, empezaron a patear el balón. No solo se divirtieron: un médico local notó mejoras reales en su salud. Menos presión arterial alta, menos colesterol, más movilidad. Y, sobre todo, más risas. “Cuando jugamos, hablamos de la vida, de los viejos tiempos, y nos reímos. Eso relaja el alma”, contó Beka en el documental Alive & Kicking: The Soccer Grannies of South Africa.

En 2010, cuando Sudáfrica albergó el Mundial de la FIFA, las Vakhegula Vakhegula se convirtieron en una sensación. Su historia llegó a oídos de Jean Duffy, una futbolista amateur de Massachusetts, quien las invitó al Veterans Cup en Boston. Contra todo pronóstico, sin pasaportes, visas ni dinero fácil, 15 abuelitas cruzaron el Atlántico. Bailaron, cantaron y jugaron, robándose el corazón de todos. Fue allí, en un momento de inspiración, que Beka soñó en voz alta: 

“Antes de morir, quiero organizar un Mundial de Abuelitas en Tzaneen”

El nacimiento del GIFT

Ese sueño tomó forma el 26 de marzo de 2023, con la primera edición del Grannies International Football Tournament. Dieciséis equipos de mujeres mayores de 50 años, provenientes de Sudáfrica, Zambia, Zimbabue, Mozambique, Francia y Estados Unidos, desfilaron en Nkowankowa bajo un sol radiante. El estadio, lleno de gogos (abuelas en zulú), explotó en cánticos y bailes tradicionales. No era solo un torneo; era una celebración de la vida.

El GIFT 2025, del 2 al 5 de abril, fue aún más grande. Organizado por la Fundación Beka Ntsanwisi y el Vakhegula Vakhegula FC, reunió a 32 equipos de ocho países: Sudáfrica, Kenia, Zambia, Mozambique, Togo, Francia, Estados Unidos y Ghana. Desde las Reines du Foot francesas, que recaudaron fondos vendiendo crepas y hasta posando para un calendario al desnudo, hasta las Mutei Grannies de Kenia, que debutaron con el apoyo de su gobierno, cada equipo trajo su propia magia. Incluso las jugadoras de Zambia llegaron tarde, tras hitchhikear cuando su autobús se descompuso en Zimbabue, pero entraron al campo con una sonrisa imbatible.

El torneo no es solo sobre ganar. Los partidos, de 30 minutos a ritmo pausado pero decidido, priorizan la diversión y la salud. “Ganemos o perdamos, se trata de estar aquí, mantenerse activas”, dijo Devika Ramesar, una sudafricana de 62 años que jugó su primer partido en 2025. Sin embargo, la competencia tiene su chispa: el equipo local Vakhegula Vakhegula aplastó 7-0 a las Cape Town Grannies, mientras las Soccer Sisters de EE. UU. vencieron 2-0 a Pietermaritzburg.

Las estrellas: Abuelitas con corazón de gol

Las jugadoras del GIFT son un mosaico de historias. Mbele Nonhlanhla, de 63 años, abuela de siete nietos y apodada “la máquina de goles” en Vuka Soweto, se siente como una “superestrella” cada vez que pisa el césped: “Quiero cumplir mi sueño de niña de ser futbolista. Nada me detiene”, dijo con una sonrisa. Edna Cheruiyot, una keniata de 52 años, aprendió las reglas del fútbol en dos meses y marcó un gol en su primer viaje al extranjero. “Me siento más ligera que nunca”, confesó, tomándose selfies para sus nietos.

La jugadora más longeva de 2025, una keniata de 87 años, demostró que el espíritu no envejece. Aunque algunas, como Rossina Mathye, de 84 años, ya no juegan por dolores en las rodillas, se sientan en las gradas como las mayores animadoras: “El ejercicio me dio vida. Ahora apoyo a mis compañeras”, contó Rossina, quien viajó a Boston en 2010.

No todo es fácil. Los médicos del torneo, como Diana Mawila, monitorean la presión arterial y los achaques de las jugadoras. Pero ellas responden con risas: “¡Estamos en forma!”, gritó Thelma Ngobeni, capitana de Vakhegula, mientras balanceaba un saco de harina en la cabeza tras un partido.

Más que fútbol: Un movimiento global

El GIFT no solo es un torneo; es un movimiento. Desde 2007, el equipo de Beka inspiró la creación de 240 equipos de abuelitas en Sudáfrica y otros países africanos. En Kenia, las Mutei Grannies recibieron el respaldo del gobierno, con el gobernador Jonathan Bii elogiándolas: “Son una inspiración, prueban que la edad no limita la pasión”. En Francia, las Reines du Foot rompen tabúes sobre el envejecimiento. En EE. UU., Chris Matson, portera de 67 años, dice: “No jugué de niña, pero hacerlo ahora es maravilloso”.

El torneo también une culturas. En la ceremonia de apertura, con danzas tradicionales y un desfile de banderas, las jugadoras intercambian abrazos y cánticos. Las gogos en las gradas, algunas tejiendo o echando una siesta, gritan cada gol como si fuera el último. “Es una comunidad, nos hace sanas y felices”, dijo Mo Kelly, una estadounidense de 64 años.

El impacto va más allá del campo. Beka, conocida como la “Madre Teresa” de Tzaneen, usa el fútbol para combatir la soledad y mejorar la salud mental de las mujeres mayores. 

“No deberían estar solo criando nietos. Este es nuestro momento para disfrutar”

Su fundación planea llevar el GIFT 2027 a Kenia, donde el entusiasmo ya crece.

Un gol a los estereotipos

El GIFT 2025 no solo celebra el fútbol; desafía al mundo a repensar el envejecimiento. Estas abuelitas, que crecieron en tiempos donde el balón era “cosa de hombres”, hoy corren, ríen y sueñan sin pedir permiso. Flora Baloi, de 66 años, lo resume: “Sin este deporte, estaría en una silla de ruedas. Ahora, no necesito medicinas, solo mi balón.” Cada gol, cada pase, es un recordatorio: la vida no termina a los 50, sino que puede empezar de nuevo.

Así que ellas no solo juegan fútbol; patean prejuicios, abrazan la vida y nos enseñan que, con un balón y un poco de valentía, cualquier sueño es posible.

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