viernes, abril 18, 2025
spot_img

Top 5 This Week

spot_imgspot_img

Related Posts

Janelly Farías: El adiós de una guerrera que cambió el fútbol femenil

El fútbol no solo se juega con los pies; también se vive con el corazón. Y si hay alguien que ha entregado cada latido a este deporte, esa es Janelly Farías. A sus 35 años, la defensa mexicana anunció su retiro al finalizar el Clausura 2025 de la Liga MX Femenil, cerrando una carrera de 18 años que no solo dejó huella en las canchas, sino también en la lucha por la igualdad y la visibilidad del fútbol femenil. 

Una carta al fútbol: El anuncio que conmovió a todos

Janelly Farías tomó sus redes sociales para compartir una noticia que hizo temblar el corazón de los aficionados: “Tengo lágrimas en la cara mientras escribo esto, pero me voy con alegría en mi corazón”, escribió en una emotiva carta. No era un adiós cualquiera; era el cierre de una vida dedicada al balón, a romper barreras y a inspirar a generaciones. “El fútbol me salvó una y otra vez”, confesó, agradeciendo a cada club, compañera y aficionado que la acompañó en el camino.

Farías no se despide con tristeza, sino con orgullo. “Me voy con amor, con gratitud y con la certeza de que di todo lo que tenía”, aseguró. Su retiro no significa un punto final, sino una transición: promete seguir ligada al fútbol, aunque aún no revela cómo. Lo que sí es seguro es que su legado ya está grabado en la historia del deporte mexicano.

De los barrios de California al estrellato mexicano

Nacida el 12 de febrero de 1990 en Santa Ana, California, Janelly Farías tuvo que pelear desde niña contra un mundo que le decía que el fútbol no era para ella. A los cuatro años, recuerda, le negaron jugar en un equipo solo por ser niña. Pero esa barrera solo encendió su fuego. “Me decían que no podía, y yo solo pensaba: Voy a demostrarles que sí”, ha dicho en entrevistas.

Farías creció en una familia de origen mexicano, donde el fútbol era más que un juego: era identidad. Jugó en la Universidad de California, Riverside, destacando como una defensa sólida y líder nata. Su talento la llevó al fútbol profesional en Estados Unidos con equipos como el San Diego WFC SeaLions, Apollon Ladies F.C. o LA Galaxy, donde comenzó a forjar su reputación como una jugadora incansable.

En 2017, el nacimiento de la Liga MX Femenil abrió una puerta que Janelly no dudó en cruzar. Su debut fue con las Chivas Rayadas del Guadalajara, un club que lleva en la sangre por herencia familiar. Con las rojiblancas, Farías se convirtió en una pieza clave, aportando liderazgo y garra en la zaga. En 2018, levantó el título del Apertura, el primero en la historia de Chivas Femenil, un logro que ella describe como “uno de los momentos más felices de mi vida”.

Tras su paso por Guadalajara, Janelly vistió los colores del América (2020-2022), donde, aunque no ganó trofeos, dejó una marca imborrable. Su entrega y su voz fuera de la cancha, siempre abogando por mejores condiciones para las jugadoras, hicieron que su impacto trascendiera los 90 minutos. “No solo jugamos por nosotras; jugamos por las que vienen detrás”, dijo en una entrevista en 2021.

En 2024, Farías llegó a las Bravas de Juárez, su último hogar. Ahí, aunque las victorias fueron esquivas, su liderazgo inspiró a un equipo en crecimiento. En cada barrida, en cada pase, Janelly seguía demostrando por qué el fútbol la eligió.

Una luchadora por la inclusión

El impacto de Janelly Farías no se limita a los goles que evitó o los partidos que ganó. Su mayor victoria fue abrir caminos para otras, especialmente como una mujer abiertamente lesbiana en un mundo donde la aceptación no siempre es la norma. Su lucha por la inclusión comenzó temprano, cuando a los 18 años enfrentó el rechazo de su familia tras compartir su orientación sexual. “No fue que lo escondí, simplemente cuando tuve mi primera novia, vi que no lo aceptaban, que hablaban mal de ella o de mí. Dije: ‘Ok, esto va a ser muy difícil’”, contó en una entrevista con ESPN en 2021, antes de su histórica conferencia en Harvard.

Ese rechazo la marcó profundamente. “Me afectó mucho en mi vida, en la escuela, en el fútbol, porque yo necesitaba ese amor de mis papás y en ese tiempo sentía que no lo tenía”, confesó. Sin embargo, Farías no se rindió. Con paciencia, entendió que sus padres también necesitaban tiempo. “Me dije: ‘Creo que va a ser difícil para ellos, tengo que ser paciente’. Así fue como ellos cambiaron su perspectiva, y ahora usan su voz igual que yo. Mis papás están muy orgullosos de mí, y es muy bonito”, compartió. Esa reconciliación no solo sanó su corazón, sino que la impulsó a ser un faro para otros.

Farías usó su plataforma para visibilizar a la comunidad LGBTQ+. “Conforme pasaron los años, me di cuenta que necesitamos más visibilidad, que hay pocas personas que están dispuestas a vivir abiertamente y que viven con un miedo del qué dirán”, explicó. Su valentía inspiró a miles, especialmente tras su conferencia en Harvard en 2020, donde se convirtió en la primera futbolista mexicana en hablar en esa prestigiosa universidad. Ahí, abordó temas de género, sexualidad, cultura y deporte, dejando claro que el fútbol puede ser un motor de cambio social.

“No es solo mi historia; es la de muchas otras que quizás no han encontrado el valor para hablar. No soy solo mi voz, soy su voz”, dijo en Harvard. Ese mensaje resonó globalmente, ganándole incluso el reconocimiento de figuras como Megan Rapinoe, quien en 2021 celebró en redes sociales que Janelly fuera vista como “la Megan Rapinoe mexicana”. Lejos de ofenderse por la comparación, Farías respondió con humor y orgullo, fortaleciendo su mensaje de inclusión.

Logros que van más allá del césped

El palmarés de Janelly incluye el título de 2018 con Chivas, pero su verdadero legado es intangible. Fue una de las pioneras de la Liga MX Femenil, jugando en una época de salarios bajos y poca visibilidad. “Cuando empezamos, jugábamos por amor, porque no había nada más”, recuerda. Su lucha no solo fue personal; abogó por mejores condiciones para todas las jugadoras, enfrentando el machismo y los prejuicios con la frente en alto.

En 2020, su conferencia en Harvard marcó un hito, no solo por el prestigio de la institución, sino por el impacto de su mensaje. “Es difícil ser mujer, y ser mujer futbolista lo es aún más”, afirmó, pero también dejó claro que el cambio es posible: “Yo lo sé porque yo lo vivo”. Su activismo no se detuvo ahí. Desde cuestionar comentarios machistas, como los de un colega que comparó el fútbol a “un juego de Barbies”, hasta impulsar la inclusión en cada entrevista, Farías nunca bajó la voz.

Las palabras de una luchadora

Las frases de Janelly son un reflejo de su alma:

  • Sobre su retiro: “No me voy porque no pueda más; me voy porque siento que cumplí mi propósito. El fútbol me dio todo, y yo traté de devolverle lo mismo”.
  • Sobre la inclusión: “Es importante que la gente deje de imponer ideas de lo que ‘debe ser’ y dejar que una persona simplemente sea”.
  • Sobre las barreras: “Me decían que no pertenecía, pero el fútbol no entiende de género ni de reglas tontas. El fútbol es de quien lo ama”.

Estas palabras no son solo citas; son un grito de resistencia y esperanza.

Un legado que no se apaga

Janelly Farías no solo jugó fútbol; lo redefinió. Abrió puertas para que las niñas sueñen sin límites, para que las jugadoras exijan respeto y para que el fútbol femenil mexicano sea un espacio de inclusión. Su retiro no es el fin, sino el comienzo de una nueva etapa donde, estamos seguros, seguirá rompiendo barreras.

Cuando suene el silbato final, no habrá tristeza, sino celebración. Porque Janelly no solo jugó con el corazón; nos enseñó a todos a vivir con él y a recordarnos que el fútbol es de quienes lo aman, sin importar quiénes sean.

Popular Articles