sábado, abril 19, 2025
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Diego Franco: El único mexicano que conquistó el fútbol de Sudáfrica

En un fútbol mexicano obsesionado con las luces de Europa y la MLS, Diego Alejandro Franco Mares se salió del guión y clavó su bandera en un lugar que pocos imaginan: Sudáfrica. Nacido el 13 de septiembre de 1992 en la Ciudad de México, Franco es el único futbolista mexicano que ha jugado en la Liga Premier de Sudáfrica, la máxima categoría sudafricana. No es un nombre que llene portadas como Chicharito o Vela, pero su aventura desde las canchas de Cruz Azul, ser campeón de la Copa MX 2012-13 con Cruz Azul, hasta el Stellenbosch FC y el Steenberg United es un relato de resistencia, adaptación y puro amor al balón. 

De la máquina a un salto al vacío

La carrera de Diego Franco arrancó en el corazón de México, en las fuerzas básicas de Cruz Azul. No era el típico prospecto de reflectores: un mediocampista zurdo, trabajador, de esos que corren más que brillan. Su debut con el primer equipo llegó el 22 de julio de 2012, en un partido de Copa MX contra Jaguares que la Máquina ganó 1-0. Entró al minuto 85 por Israel Castro, tocó poco el balón y salió del radar. Según ESPN México, ese fue su único destello en la Liga MX: “Fue su presentación y despedida con Cruz Azul”. Después vinieron pasos fugaces por  Cruz Azul Hidalgo y San Luis, pero el fútbol mexicano no le dio más boletos.

Entonces, en 2018, Franco tomó una decisión que suena a locura: irse a Sudáfrica. ¿Por qué? En una entrevista con ESPN México en 2019, explicó: “Mi hermano me habló de un contacto allá y pensé ‘¿por qué no?’. Quería jugar, no quedarme en la banca o en divisiones inferiores”. Así aterrizó en el University of Pretoria FC (“AmaTuks”), un equipo de la segunda división sudafricana. No era el Camp Nou, pero era un comienzo. Su desempeño lo catapultó en 2017 al Stellenbosch FC, un club del Cabo Occidental que recién ascendía a la PSL. Ahí jugó 23 partidos y anotó dos goles hasta 2019, según Transfermarkt. Luego, en 2021, bajó a la tercera categoría con el Steenberg United, donde sigue activo a sus 32 años. Su travesía no es de trofeos, sino de supervivencia y orgullo.

El sabor de Franco

Diego Franco no es de los que buscan micrófonos, pero lo que ha dicho desde Sudáfrica tiene peso. En 2018, con Stellenbosch, le contó a Kick Off: “Sudáfrica me dio una oportunidad que México no me dio. Aquí el fútbol es físico, rápido, y me adapté porque siempre he sido un jugador que corre y lucha. Me siento agradecido”. Simple, directo, como su estilo en la cancha. En 2019, a Soccer Laduma, agregó: “La gente aquí ama el fútbol de una manera diferente. No es como en México, donde todo es pasión y presión. Acá hay alegría, pero también hambre por crecer. Me encanta la comida, el braai [barbacoa sudafricana] es increíble, y la vibra de la gente me hace sentir en casa”. Los hinchas del Stellenbosch lo bautizaron “El Mexicano”, un apodo que retumbaba en el Danie Craven Stadium.

Ya en 2021, con Steenberg United, habló con Cape Times: “Sudáfrica es mi segunda casa ahora. No sé si volveré a México a jugar, pero aquí tengo una vida, un equipo que confía en mí. El fútbol me trajo y me quedé por la gente”. Y en esa entrevista con ESPN México, reflexionó: “Cuando llegué, mi familia no lo podía creer. Mi papá me dijo ‘estás loco’, pero ahora están orgullosos”. Esas palabras pintan a un tipo humilde que encontró su lugar en un fútbol que no conoce fronteras.

Un pionero solitario

Que Diego Franco sea el único mexicano en la PSL no es casualidad. Sudáfrica no es un destino típico para los futbolistas aztecas. Según ESPN, “el fútbol mexicano siempre ha visto al Viejo Continente como la meta dorada”, con leyendas como Hugo Sánchez en el Real Madrid o Rafa Márquez en el Barcelona. Incluso la MLS, con su cercanía y billetes, atrae más que las ligas africanas. Pero Franco rompió ese molde. Llegó a un país donde el fútbol compite con el rugby y el críquet, y donde la PSL, aunque sólida, no tiene el brillo de las grandes ligas. Aún así, se ganó un sitio: 23 juegos en la máxima categoría no son poca cosa.

Su hermano mayor, Christian Franco, fue clave en esta odisea. Exjugador y ahora agente, Christian lo conectó con Sudáfrica, como cuenta ESPN: “Su hermano le abrió la puerta”. Desde entonces, Diego no ha mirado atrás. En Stellenbosch, bajo el mando de Steve Barker, fue parte de un equipo que ascendió y se consolidó en la PSL. Sus dos goles, uno contra el Highlands Park en 2018, no llenan vitrinas, pero sí corazones sudafricanos que vieron en él a un guerrero foráneo.

Un golazo de vida

Diego Franco no tiene un Balón de Oro ni un contrato millonario, pero tiene algo más grande: una historia que cruza océanos. De un debut fugaz en Cruz Azul a ser “El Mexicano” en Stellenbosch, este chilango de 32 años demostró que el fútbol no se trata solo de fama, sino de encontrar tu cancha. Sudáfrica lo adoptó, y él le dio su sudor. ¿Volverá a México? “No lo sé”, dijo a ESPN. “Por ahora, estoy feliz aquí”. Y con eso basta.

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