En un mundo donde el baloncesto a veces se ahoga en debates vacíos sobre quién es el mejor o titulares sensacionalistas, llega Mind The Game, el podcast que LeBron James lanzó como un grito de rebeldía contra la superficialidad. No es solo un programa más de deportes; es una cátedra íntima sobre el juego, una ventana al cerebro de uno de los más grandes de la historia y, sobre todo, una misión para devolverle al básquetbol su esencia pura.
El origen: Un LeBron harto del ruido
Lanzado el 19 de marzo de 2024 junto a JJ Redick, y relanzado en abril de 2025 con Steve Nash como coanfitrión tras la partida de Redick al banquillo de los Lakers, Mind The Game nació de una frustración. LeBron, en una entrevista post-partido en 2024, lo dejó claro:
“Estaba cansado de las comparaciones diarias, del ‘¿quién es mejor?’ o ‘¿cómo afecta esto tu legado?’. Quería que la gente entendiera el verdadero significado del juego, cómo me enamoré de él”.
Así, junto a Uninterrupted, su productora, y socios como ThreeFourTwo Productions (primera temporada) y Wondery (segunda), creó un espacio para diseccionar el básquetbol con la precisión de un cirujano.
La primera temporada con Redick fue un éxito instantáneo: 1.5 millones de vistas por episodio en YouTube y más de 500,000 suscriptores en meses. Ahora, con Nash, un dos veces MVP y genio táctico, el podcast promete mantener su esencia mientras evoluciona. Pero, ¿qué lo hace diferente?
¿De qué trata?: Baloncesto puro, sin filtros
Mind The Game es un viaje a las entrañas del juego. LeBron y sus co anfitriones se sientan con una copa de vino (un guiño a su estilo relajado) y desmenuzan los X’s y O’s: las jugadas, las estrategias, las decisiones que no ves en los highlights. No es para el fan casual que solo quiere ver clavadas; es para el enfermo del básquetbol que quiere saber por qué una pantalla funciona o cómo se defiende un pick-and-roll de Luka Dončić.
En la primera temporada, LeBron y Redick exploraron temas como: “¿Qué hace grande a un jugador?”, analizando desde cortes de Golden State hasta la evolución de las ofensivas modernas. Con Nash, el enfoque sigue siendo técnico pero introspectivo. El episodio debut de la segunda temporada, “Defining Success & Playing With Luka Dončić”, aborda cómo se mide el éxito a los 40 años y las complejidades de jugar junto a un genio como Dončić tras el traspaso de Anthony Davis por él en 2025. Es baloncesto nerd, pero con alma.
La mentalidad: Enseñar, no predicar
El corazón de Mind The Game está en la mentalidad de LeBron: enseñar el juego que ama. No se trata de ego ni de vender su legado, aunque su presencia lo hace inevitablemente magnética. Es un acto de amor por el deporte que lo llevó de Akron a la cima. “Quiero que los jóvenes vean el juego como yo lo vi”, dijo en 2024. Junto a Redick, un ex jugador obsesionado con los detalles, y ahora Nash, cuya visión como base legendario es casi poética, el podcast busca educar sin pontificar.
Cada episodio es una conversación fluida, a veces caótica, pero siempre profunda. Hablan de lo físico (cómo el cuerpo soporta 20 años en la NBA), lo táctico (cómo los Wolves achican la cancha defensivamente) y lo humano (el peso mental de una serie de playoffs). No esquivan temas externos, pero el foco nunca se desvía del balón.
¿Por qué importa?
En un paisaje mediático saturado de gritos y polémicas, Mind The Game es un oasis. No compite con First Take ni busca titulares virales; compite con el olvido del básquetbol real. Disponible en YouTube, Spotify, Apple Podcasts y, desde 2025, en Amazon Prime Video y Music gracias a un acuerdo con Wondery, su alcance es masivo pero su audiencia es selecta: los que quieren entender, no solo mirar.
LeBron lo resumió tras el debut: “Nuestra cultura del baloncesto es lo primero. Este juego es hermoso, y quiero que siga siéndolo”. Con Nash, el podcast sigue esa promesa, mezclando la sabiduría de un ícono activo con la de un retirado que lo vio todo. Mind The Game no es solo un programa; es un legado en audio, un recordatorio de que el básquetbol es más que puntos y drama: es arte, ciencia y corazón.