En un mundo futbolístico donde los traspasos millonarios y las lealtades fugaces dominan las portadas, hay historias que desafían la lógica del mercado. Historias que parecen sacadas de un guión romántico, donde el héroe no abandona el barco, aunque las olas lo golpeen sin piedad. Jamie Vardy, el capitán eterno del Leicester City, es ese héroe. A sus 38 años, con el equipo al borde del abismo en la Premier League, su amor por los Foxes sigue siendo tan inquebrantable como el día en que llegó desde el fútbol amateur: “Acá me quisieron cuando nadie más me quería. Si este barco se hunde, yo me hundo con él”, dijo alguna vez, y hoy, con el Leicester tambaleándose en el puesto 19º, esas palabras resuenan más fuerte que nunca.
Un amor forjado en la adversidad
Jamie Vardy no es un producto típico de las academias de élite. Su camino al estrellato comenzó en las trincheras del fútbol inglés: Stocksbridge Park Steels, Halifax Town, Fleetwood Town. Lugares donde el césped es áspero, las gradas están medio vacías y el sueldo apenas alcanza para unas pintas después del partido. Cuando el Leicester lo fichó en 2012 por un millón de libras, una cifra récord para un jugador de la non-league, nadie imaginaba que ese delantero flaco y peleador se convertiría en el alma de un club y en el artífice de uno de los milagros más grandes del fútbol moderno.
En la temporada 2015-16, Vardy lideró al Leicester a un título de Premier League que aún hoy parece un sueño imposible. Con 24 goles, rompió el récord de partidos consecutivos marcando (11) y se llevó el premio al Jugador del Año. Fue el chico de Sheffield que pasó de trabajar en una fábrica de férulas a humillar a los gigantes del Big Six. El Arsenal lo quiso, pero él dijo no. “Aquí me dieron todo cuando no era nadie”, explicó. Y se quedó. Desde entonces, ha sumado una FA Cup (2021), una Community Shield y un título de Championship (2024), además de 190 goles en más de 460 partidos con la camiseta azul. Es más que un jugador: es el Leicester encarnado.
La cruda realidad: Un barco al borde del naufragio
En la temporada 24/25, el Leicester City está en una tormenta que parece no tener fin. Los Foxes languidecen en el puesto 19º de la Premier League, con apenas 17 puntos. A 15 unidades de la salvación y con solo 21 por disputarse, el descenso al Championship acecha como una sombra inevitable. Es un golpe duro para un club que, hace menos de una década, tocó el cielo. La gestión irregular, las lesiones y un rendimiento errático han puesto al equipo contra las cuerdas, y los aficionados, aunque fieles, miran al futuro con el corazón en un puño.
Pero en medio de este caos, hay un faro que no se apaga: Jamie Vardy. Según Sky Sports, su contrato se renovará automáticamente si el Leicester baja al Championship esta temporada. A sus 38 años, cuando muchos ya estarían pensando en colgar los botines o en un retiro dorado en Arabia Saudita, Vardy tiene otros planes, luchar por devolver al club de sus amores a la máxima categoría en 2026. Una promesa que lleva el peso de su historia, de un hombre que sabe lo que es subir desde el fondo.
El capitán que no abandona el timón
Vardy no es solo un goleador; es un símbolo. Su frase, “Si este barco se hunde, yo me hundo con él”, no es un eslogan vacío. Cuando el Leicester descendió en 2023, rechazó ofertas de otros equipos y se quedó para liderar el regreso a la élite, anotando 18 goles en el Championship y levantando el título de la segunda división. Ahora, con el equipo otra vez al borde del precipicio, su lealtad vuelve a ponerse a prueba. Y él, como siempre, está listo para el desafío.
A sus 38 años, ya no tiene la explosividad de antaño, pero su instinto sigue intacto. Esta temporada ha marcado 8 goles en 25 partidos, y aunque las piernas pesan más, su corazón sigue corriendo como en sus días de gloria. “La edad es solo un número. Me cuido, mis piernas están bien, y mientras pueda, seguiré”, afirmó tras renovar en 2024. Crioterapia en casa, tres Red Bulls antes de cada partido, una tortilla de jamón y queso: su rutina es tan excéntrica como efectiva. Y los hinchas lo adoran por eso.
Un legado más allá del descenso
Si el Leicester cae al Championship, no será el fin de la historia de Vardy. Será otro capítulo en su saga de redención. Ya lo hizo una vez: tras el descenso de 2023, devolvió al equipo a la Premier en un año. Ahora, con la experiencia de un veterano y la pasión de un novato, está dispuesto a repetirlo. Imagina el titular en 2026: “Vardy, a los 39, asciende al Leicester otra vez”. No suena descabellado, porque este hombre desafía las leyes del tiempo y la lógica.
El Leicester puede estar 19º hoy, pero con Vardy al frente, la esperanza no muere. Es el capitán eterno, el que se queda cuando otros huyen, el que convierte cada partido en una batalla personal. “Acá me quisieron cuando nadie más me quería”, repite, y esa gratitud lo ha atado al King Power Stadium para siempre. Si el barco se hunde, él se hundirá con él. Pero antes, puedes estar seguro de que peleará con todo para mantenerlo a flote.