lunes, abril 7, 2025
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Cooper Flagg: ¿El nuevo LeBron James o el próximo rey del baloncesto?

En el mundo del baloncesto, hay nombres que resuenan como truenos: LeBron James, Michael Jordan, Kobe Bryant. Y luego está Cooper Flagg, un joven de 18 años que aún no ha pisado una cancha NBA, pero que ya tiene al planeta baloncestístico zumbando como si fuera el próximo mesías del deporte. ¿El nuevo LeBron? Esa comparación no es un capricho de redes sociales ni un titular sensacionalista; es un eco que retumba desde las gradas de Duke hasta las oficinas de los ejecutivos de la NBA. Pero, ¿quién es este chico de Maine que hace que los scouts pierdan el sueño y que los fanáticos ya sueñan con su reinado?

De Maine a la cima: Los orígenes de un prodigio

Cooper Flagg nació el 21 de diciembre de 2006 en Newport, Maine, un lugar más conocido por sus bosques que por sus canchas de baloncesto. Pero desde pequeño, el balón naranja fue su destino. Hijo de Kelly Flagg, exjugadora de la Universidad de Maine, y Ralph Flagg, un ex atleta universitario, el ADN deportivo corría por sus venas. 

A los 14 años, ya era una sensación estatal, liderando a Nokomis Regional High School a un título estatal en 2021 con 22 puntos y 16 rebotes en la final, un juego en el que anotó más que todo el equipo rival combinado. Ese fue el primer aviso: este chico no era normal. A los 15, se mudó a Montverde Academy en Florida, la fábrica de talentos que ha dado al mundo a Joel Embiid y Cade Cunningham. Allí, su leyenda explotó. En su último año, llevó a Montverde a un récord perfecto de 33-0, ganando el campeonato nacional Chipotle Nationals en 2024 con 16 puntos, 8 rebotes y 6 tapones en el juego decisivo. Su dominio en el circuito AAU con Maine United fue aún más brutal: en el Nike EYBL Peach Jam de 2023, promedió 25.4 puntos, 13 rebotes, 5.7 asistencias y 6.9 tapones, con triple-dobles que parecían sacados de un videojuego. No es sorpresa que reclasificara de la clase 2025 a 2024 para llegar a Duke un año antes. ¿Por qué esperar cuando el mundo ya te reclama?

Cómo juega: Un huracán en la cancha

Decir que Cooper Flagg es “versátil” es como decir que LeBron es “bueno”, una subestimación criminal. A sus 6’9” (2.06 metros) y con una envergadura de 7’1” (2.16 metros), Flagg es un alero que juega como si combinara lo mejor de varios mundos. En defensa, es un monstruo: instintos afilados, reflejos rápidos y una intensidad que hace que los rivales tiemblen. Promedia 1.5 robos y 1.1 tapones por juego en Duke esta temporada, pero su impacto va más allá de los números: bloquea tiros desde el lado débil como un ninja y cambia asignaciones como si fuera un base. Los scouts lo comparan con Scottie Pippen o Andrei Kirilenko por su capacidad para desmantelar ofensivas enteras.

En ataque, Flagg es un rompecabezas imposible. Anota en los tres niveles: un jumper suave desde el perímetro (36.4% en triples esta temporada), un manejo en media cancha que está creciendo y una ferocidad cerca del aro que termina en mates espectaculares. Pero lo que lo hace especial es su visión: promedia 4.1 asistencias en Duke, liderando a un equipo cargado de talento como Khaman Maluach y Kon Knueppel. Es un “point forward” natural, capaz de iniciar la ofensiva tras un rebote o encontrar al compañero abierto en transición. Su IQ baloncestístico es de veterano, y su motor incansable lo hace letal en transición. “Es como si Scottie Pippen y Kevin Durant tuvieran un hijo con la ética de trabajo de Kobe”, dijo un scout anónimo a The Athletic. Y sí, eso da miedo.

Logros que pesan como oro

A sus 18 años, Flagg ya tiene un currículum que muchos profesionales envidiarían. En 2022, lideró a Estados Unidos al oro en el Mundial Sub-17 de la FIBA, siendo nombrado al equipo All-Tournament con 8 robos y 4 tapones en la final. Fue el Jugador del Año Gatorade en Maine (2022), luego en Florida y a nivel nacional (2024), además de ganar el Naismith Player of the Year en preparatoria. En Duke, como freshman en la temporada 2024-25, lidera al equipo en puntos (19.4), rebotes (7.6), asistencias (4.1), robos (1.5) y tapones (1.1), algo que ningún novato había hecho en la historia del baloncesto universitario camino al Torneo NCAA. Con los Blue Devils como favoritos para el título nacional en abril de 2025, Flagg está a dos juegos de una hazaña que lo cementaría como leyenda antes de llegar a la NBA.

¿El nuevo LeBron? Las similitudes y el debate

La comparación con LeBron James no es gratuita, pero tampoco es exacta al 100%.

Ambos comparten un físico privilegiado desde jóvenes: LeBron medía 6’8” y pesaba 240 libras a los 18; Flagg, más delgado (205 libras), tiene una agilidad y alcance que recuerdan al joven Rey de Akron. En St. Vincent-St. Mary, LeBron promediaba 25.2 puntos, 7.9 rebotes y 5 asistencias; Flagg no está lejos con sus números en Duke. Ambos son líderes vocales, playmakers generosos y defensores de élite desde el primer día. Incluso se conocieron en 2024, cuando Flagg entrenó con el equipo Select de USA Basketball y LeBron lo tomó bajo su ala.

Pero hay diferencias clave. LeBron llegó a la NBA como un tanque con manejo de base élite; Flagg, aunque mejora su dribbling, aún no tiene esa creatividad con el balón. LeBron era más anotador puro en preparatoria; Flagg brilla más por su versatilidad y defensa. Mientras James era un fenómeno mediático desde los 16, Flagg ha crecido en una era de redes sociales, pero con menos presión inicial. “No es el nuevo LeBron, es el primer Cooper Flagg”, dijo Jon Scheyer, su entrenador en Duke, a ESPN. Y tiene razón: Flagg no imita, crea su propio camino.

El Draft 2025: El trono lo espera

En el universo de la NBA, el consenso es unánime: Cooper Flagg será el pick número 1 del Draft 2025, programado para junio. Equipos como los Washington Wizards, Utah Jazz y Charlotte Hornets ya sueñan con él, y no es para menos. En los mock drafts de ESPN, Bleacher Report y The Athletic, Flagg lidera desde hace más de un año, incluso tras su reclasificación en 2023. Su combinación de tamaño, habilidades y madurez lo hace el prospecto más completo desde… sí, LeBron en 2003. “Es el pick número 1 más seguro en años”, escribió Jonathan Wasserman en Bleacher Report. Su techo es un All-Star perenne; su piso, un titular de impacto inmediato.

Scouts destacan su evolución como creador de tiros y su competitividad insaciable. Aunque necesita pulir su manejo en tráfico y consistencia desde el triple, su ética de trabajo sugiere que esas piezas llegarán. Comparado con Zion Williamson o Anthony Davis como prospecto universitario, Flagg sobresale por su juego completo: no solo físico (Zion) o defensa (Davis), sino un paquete total.

¿Por qué el mundo lo ama?

Flagg no es solo un jugador; es una historia. Un chico de un pueblo pequeño que dominó cada nivel, desde Maine hasta Montverde, y ahora Duke. Es humilde pero feroz, un competidor que se lanza por balones sueltos y luego abraza a sus compañeros. Su llegada a la NBA promete no solo highlights, sino un impacto cultural: un americano joven en un deporte que ha sido dominado por internacionales como Wembanyama. “Es el futuro de la NBA”, dijo un ejecutivo a ESPN. Y con Duke a un paso del Final Four en abril de 2025, el mundo está viendo cómo se forja esa corona.

Así que, ¿el nuevo LeBron? Tal vez no exactamente. Pero Cooper Flagg ya es un nombre que resuena sólo, un huracán de talento que está listo para reinar. 

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