Hay equipos que parecen destinados a jugar de cierta forma, los cuales son identificados con un determinado estilo. Hay equipos cuya fama se da por ganar como sea y de ahí forjan un estilo. En el básquetbol esto no es la excepción y los Detroit Pistons pueden jactarse de ser uno de los equipos que además de desplegar un básquetbol mucho más físico, son también uno de los equipos que más suelen entrar en conflicto con sus rivales.
Se han puesto esa manta de equipo tozudo, férreo y que no siempre juega limpio. Y si hay una versión que pruebe esto al 100% son los llamados Bad Boy Pistons. Además de ser la versión más exitosa del equipo de Michigan en toda su historia, son del equipo que menos le importaba el deportivismo y la salud de sus rivales. Comandados por Bill Laimbeer y Isiah Thomas en la duela y por Chuck Daly en el banquillo, éstos Pistons sabían que el juego rudo intimidaría a muchos rivales y, si no lograban intimidarlos, sacarían provecho de las reglas de aquel entonces. Parecía incluso que era legal liarse a golpes contra el equipo contrario ya que el mencionado Laimbeer llegó a cometer muchas infracciones que hoy serían consideradas fouls flagrantes. Un jugador que, sin lugar a dudas, no se podría ver hoy en día en la duela. Sumando a Mahorn, Rodman y Salley, los Bad Boy Pistons iniciaron con una cuestionable tradición.
La segunda versión de un equipo rudo de Detroit fue otro que logró un título y justo ante los Lakers de Kobe y Shaquille. De más está mencionar que los Pistons aprovecharon la química cero que ya tenían esos Lakers, pero aún así fueron otro equipo bastante rudo y su máximo exponente es el cuatro veces ganador a mejor defensivo del año, Ben Wallace. Si bien no fue directamente su culpa, es un hecho que fue factor en la detonación de la pelea más infame en la historia de la NBA. El ‘Malice at the Palace’ fue un escándalo sin precedentes en el que también se vio envuelto Detroit. Si bien Indiana sacó la peor parte, cuatro jugadores de Detroit fueron suspendidos al menos un partido, mientras que Ben Wallece estuvo fuera de circulación durante seis. Aunque no se compara para nada con los 86 juegos de suspensión que recibió Ron Artest.
Y esto nos lleva a lo ocurrido la noche del 30 de marzo de 2025, Donde, una vez más, los Pistons fueron parte de una gresca en la duela. Su rival en turno fueron los Minnesota Timberwolves, dándose otra batalla campal que terminó con múltiples expulsados y que de seguro también derivará en diversas multas y suspensiones. No parece que sea casualidad que los de Michigan sean los que más frecuentemente se involucran en este tipo de situaciones y más bien no se va a pensar que es parte de su mentalidad y de su identidad: el ganar como sea y ganarle a quien sea.