Es de todos conocido que el Chelsea no ha sido siempre el más listo de la clase al momento de realizar transacciones en la ventana de transferencias, sobre todo en los últimos años ya con Todd Boehly al frente.
Siempre sorprende a propios y extraños la capacidad que tiene el Chelsea para generar futbolistas, moldear futuras leyendas y dejarlas ir sin haber explotado su potencial antes. Algunas veces ni siquiera han logrado debutar en el primer equipo, pero tuvieron su proceso formativo en Cobham.
El caso más sonado de un futbolista que se fue para brillar de forma importante fuera de Stanford Bridge fue Thibaut Courtois. El portero belga surgido del Genk era propiedad del Chelsea cuándo brilló en el Atlético de Madrid y después le repescó. Aunque le dio memorables actuaciones a los blues y logró conquistar dos Premier League, fue en el Real Madrid donde el belga llegó a ser considerado el mejor portero del mundo.
Reece James es de los pocos casos de futbolistas de élite que el Chelsea ha sabido conservar, convirtiéndolo en el caso más atípico de esta lista, pero no lo son el resto de sus compañeros en la línea baja. Caso similar al de Courtois es el del alemán Antonio Rüdiger, cuyo destino también se tiñó de blanco, aunque el formado en el Stuttgart si pudo ser campeón europeo con los blues.
Con similares circunstancias, el central danés que sí debutó todos los blues tuvo un destino distinto al alemán, ya que aterrizó en el acérrimo rival de su ex compañero. Andreas Christensen también pudo darle gloria europea a los de el barrio de Fulham, pero se fue en cuanto su contrato con los londinenses terminó.
Nathan Aké es un jugador que hoy en día podría tener el Chelsea en sus líneas, pero que simplemente no le vieron futuro, ya que hicieron lo que suelen hacer con talento joven: cederlo a equipos de diversas categorías para terminar su formación. Cosa que aprovecharían los aun campeones citizens y el neerlandés está bajo las órdenes de Pep Guardiola desde el 2020.
Pasando al medio campo encontramos uno de los casos más cuestionables de quienes son los encargados de proyectar las carreras de los futbolistas formados en Cobham. Es inaudito pensar que una figura como Declan Rice pudo haber debutado con los blues, pero décadas después está jugando para el rival londinense Arsenal. El dinero que gastaron en Moisés Caicedo se lo pudieron haber ahorrado con un poco más de visión.
Cole Palmer no es un futbolista formado en las fuerzas básicas blues y todavía puede presumir formar parte de este 11 en lo que es una especie de venganza de los blues a los citizens por Nathan Aké.
Pero todo eso se va por la borda cuándo nos damos cuenta qué una de las más grandes pifias de Mourinho en su última etapa con los blues fue no haberle dado minutos de juego a Kevin De Bruyne que llegó a ser blue.
Y siguiendo con casos inexplicables de cómo hacer más fuerte a tus rivales, Chelsea también dejó ir al que es probablemente el mejor futbolista de Liverpool en los últimos 10 años. Obviamente estamos hablando de Mohamed Salah, el cual pasó primero por Stanford Bridge antes de ser leyenda de Anfield.
Los siguientes dos casos para formar este 11 tal vez no sean tan dolorosos como los anteriores dos, pero sin dudas son futbolistas que en este momento le vendrían muy bien a los actuales blues. Se trata de Jamal Musiala que llegó a estar en las divisiones inferiores del Chelsea, pero que de igual forma se fue joven rumbo al Bayern Múnich. El último es uno que tuvo su oportunidad y no la supo aprovechar: Álvaro Morata. El español no lo ha hecho mal fuera de Inglaterra, pero fue víctima de la maldición del nueve.
Es impresionante el 11 que formaría el Chelsea entre los pocos que han podido quedarse y los talentos que han dejado escapar. Los blues podrían ser un equipo aún más exitoso, pero parece que en lo que nadie les gana es en autosabotearse.