miércoles, marzo 19, 2025
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Jamás volverá a haber otro Dennis Rodman

Pocos basquetbolistas han tenido un impacto tan grande, tanto en la duela como fuera de ella, como el otrora multicampeón con Chicago y Detroit. Y es que la vida de el apodado gusano ha estado plagada de peculiaridades desde su juventud.

Su papá dejó a su familia cuando él tenía tres años y su madre trabajó arduamente para mantenerlo a él y a sus dos hermanas. Debido a su estatura, no fue del interés de ningún scout colegial por lo que deambuló por las calles de Dallas sin ningún interés o motivación. Jugaba básquetbol, si, pero ni siquiera básquetbol amateur. Iba de un trabajo a otro y, cuando trabajó de conserje en el aeropuerto de Dallas fue arrestado por robar 15 relojes y su madre lo echó de la casa.

La vida no pintaba para el mayor de los Rodman
La vida no pintaba bien para el mayor de los Rodman

Probablemente hubiera terminado preso o muerto de no haber sido por Lonnie Reisman quién era Coach de la Universidad del Sudeste del Estado de Oklahoma, perteneciente a la categoría NAIA, que le ofreció una beca a Rodman después de haberlo visto jugar en un torneo junior.

Desde entonces, comenzó a forjarse una fama de reboteador y esto atrajo la atención de los Pistons de Detroit quienes utilizaron su 27º selección de la segunda ronda del draft de 1986 para añadir a Rodman al roster. Debe resaltarse que Rodman tenía ya 25 años, una edad poco usual para comenzar el andar por la NBA.

Dennis Rodman cayó como anillo al dedo en los Pistons comandados por Isaiah Thomas, Bill Laimbeer y Joe Dumars. Pero, sobre todo, con quien Rodman se sintió plenamente cómodo fue con Chuck Daly. Dicho por el mismo Rodman, Chuck fue como el padre que nunca tuvo. Hacía todo lo que le pedía sin cuestionarlo, ya que fue él quien le dio una oportunidad y el deber de Rodman era justificarlo cada segundo en la duela.

Su aporte defensivo era invaluable en los “Bad Boy Pistons”

Ha habido muchos jugadores que podían irse de farra un día antes y luego anotar 30 puntos al día siguiente. Pero la defensa es un caso distinto y es donde Rodman destacaba como ninguno. Su energía parecía no agotarse, y se sabía que a veces hacía pesas o bicicleta estática por una hora después de cada partido. Simplemente se esforzaba más que los demás. Su impacto fue tal que la defensa de los Pistons en 1985 era la décimo quinta y un año después, ya con Rodman en la defensa, se convirtieron en la quinta mejor defensa de la liga. Con decir que Thomas y Laimbeer, las estrellas de esos Pistons, llevaban años en el equipo y sólo habían podido ganar una ronda de playoffs, pero apenas llegó Rodman y llegaron a las finales de conferencia.

Solo dos años después de su llegada a la liga, Rodman ya estaba jugando en las finales de la NBA ante los Showtime Lakers, y la falta de experiencia del equipo en conjunto derivó en otro título para los angelinos, aunque fueron necesarios siete juegos. El año siguiente cobraron venganza y barrieron a los mismos Lakers, celebrando el primer título en la historia de la franquicia. Los Bad Boy Pistons estaban aquí. Al año siguiente, ostentaron la mejor marca del este y frenaron a Jordan por segundo año consecutivo en las finales de conferencia para, eventualmente, vencer a los Trail Blazers de Portland y conseguir el bicampeonato.

Pero los siguientes años serían complicados para los Pistons y sobre todo para Rodman. Atravesaba por un doloroso divorcio y Daly dejó abruptamente al equipo, lo cual afectó gravemente el estado mental de Dennis. Le habían arrebatado a su figura paterna y fue como si le hubieran quitado la correa a un animal salvaje. Fue aquí cuando Rodman comenzó a tatuarse y teñirse el pelo, además de que sus escapadas nocturnas se volvieron más frecuentes. Cuando los Pistons dejaron de ganar, la gente que lo apoyaba comenzó a abandonarlo y una noche de 1993 estuvo a punto de cometer la peor decisión de su vida. Había escrito una nota e ingresado a su coche, estacionado en el Palace. Tenía una pistola en la mano y decidió escuchar a Pearl Jam. Even Flow y Black lo relajaron y se quedó dormido. Para cuando despertó, estaba rodeado de policías. Se dio cuenta de lo solo que se sentía, de la necesidad de afecto que le invadía.

La partida de Daly fue un duro golpe para “The Worm”

Tras dicho suceso, sus horas con los Pistons estaban contadas y recaló en los Spurs de San Antonio. Aquí continuaría su reinado como reboteador, ya que venía de ostentar el título de mejor reboteador de la liga los últimos dos años con los de Detroit. Era un caso especial de estudio ya que Rodman no jugaba de pívot y no era particularmente alto, pero era de los pocos que estudiaba y comprendía el juego a fondo. Analizaba los patrones de tiro de sus rivales y por eso le era mucho más sencillo predecir adónde se dirigiría el balón si este no terminaba dentro de la canasta.

Su estadía en los Spurs pudo haber ido mejor, pero la realidad es que nunca se llevó bien con él siempre disciplinado David Robinson. Pese a eso, la dupla formó una mancuerna defensiva impresionante, ganando 62 juegos en 1995. De poco sirvió ya que Rodman se desvelaba y bebía cada vez más, sus perforaciones y tatuajes aumentaban en número y la eliminación ante el eventual campeón Houston derivó en Rodman hablando pestes de la estrategia defensiva de su Coach, Bob Hill. San Antonio ya no quería a un jugador que, por más talentoso que fuese, no tenía química con los líderes del equipo.

Y lo que siguió en su carrera fue algo que muchos especialistas no vieron venir. Jerry Krause, mánager general de los Bulls de Chicago, y su equipo detectaron que Rodman era la pieza que le faltaba a los Bulls de Jordan, que recién había regresado de jugar béisbol. Una presencia defensiva, un reboteador nato y un sujeto que hacía la labor sucia sin buscar reflectores era lo que “The Worm” ofrecía, pero que por sus excentricidades muchos equipos preferían no sumarlo a su plantel.

Krause confiaba en que la figura de Phil Jackson y el liderazgo nato de Jordan mantendrían bajo control a Rodman. Y aunque Jackson supo guiarlo y reavivarle el interés por el juego y el trabajo en equipo, eso no significó que sus locuras disminuyeran. Entre su paso por los Spurs y los Bulls, Rodman salió con Madonna, escribió una autobiografía que publicitó casándose consigo mismo ataviado en un vestido de novia, se casó con Carmen Electra, peleó al lado de Hulk Hogan (en una ocasión sin permiso del equipo y en plenas finales) contra otra leyenda de la NBA, Karl Malone, y compartió la pantalla grande con estrellas de la talla de Jean-Claude Van Damme, Whoopi Goldberg, entre otros.

Truco publicitario o no, Rodzilla llamaba también la atención fuera de las canchas

Rodman cultivaba cuidadosamente esa reputación de chico rudo que acarreó en la duela desde Detroit, y llevó más allá de ella a lo largo de todos los noventas. Llegó a tener altercados en la cancha con Allen Iverson, Patrick Ewing, Shaquille O’Neal y Larry Bird. Pero en palabras de coaches y ex compañeros de equipo, comprendía el básquetbol como pocos y Phil Jackson afirmó que fue el jugador que más rápido comprendió el sistema del triángulo, dando fe de su alto IQ basquetbolístico.

Su estadía en Chicago es posiblemente la más recordada de todas ya que se combinó la polémica extra cancha y los múltiples éxitos deportivos. Rodman seguía siendo el líder reboteador de la liga y eso ayudó a que los Bulls lograran otro tricampeonato. Difícilmente se podría pensar que los Bulls hubieran logrado esto sin él.

Su sacrificio y energía siempre le caracterizaron

Posteriormente, los Bulls harían implosión, derivando en el segundo retiro de Jordan, el despido de Jackson, el canje de Pippen y la agencia libre de Rodman. Rodzilla no volvería a tener una destacada participación en el baloncesto pese haber jugado en los Lakers de Kobe y Shaq, los Mavericks de Dirk Nowitski y durante un muy corto tiempo en Fuerza Regia y Tijuana Dragons en México.

Finalmente, su camino por las duelas terminaría jugando Brighton Bears en el 2006, ya que su regreso a la NBA nunca se materializó. De igual forma, Rodman ingresaría al Naismith Memorial Basketball Hall of Fame en el 2011.

Aunque entre las cosas más peculiares que podrían mencionarse acerca de Rodman es un poco ortodoxa, cercanía con él presidente Donald Trump, al cual apoyó en sus campañas del 2016 y 2024, ya que lo conoció tras haber participado en el programa “El aprendiz”.

Una amistad que probablemente solo él puede presumir


Pero sin duda uno de los episodios más extraños en la ya muy extraña vida de Dennis Rodman fueron sus visitas a Corea del Norte. Según su perspectiva, su misión era romper el hielo entre dos países hostiles y se sentía responsable al respecto. Además, sentía que podría llevar deporte a la nación asiática, considerando a Kim Jong Un “un amigo de por vida”.

Una vida increíblemente peculiar es la que ha llevado el nacido en Trenton, New Jersey, repleta de claroscuros y que así como ha sido un basquetbolista notable y una celebridad poco ortodoxa, también ha sido un padre y persona muy cuestionables. Pero si hay algo que no se puede debatir es que como Dennis Rodman no hay dos.

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