¡Prepárense, porque el fútbol mexicano tiene un nuevo rey! Mikel Arriola fue coronado presidente de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), tras un interinato que comenzó en diciembre de 2024 con la salida de Juan Carlos “La Bomba” Rodríguez. Este abogado de la Anáhuac, con maestrías en Londres y Chicago, ya venía manejando la Liga MX desde 2020, y ahora suma el control de la FMF a su currículum. Pero si su paso por la Liga MX es el prólogo, agárrense por que, ¿qué ha hecho o mejor dicho, qué no ha hecho por el fútbol mexicano?
El legado en la Liga MX: Lo bueno (sí, hay algo)
Mikel Arriola asumió la presidencia ejecutiva de la Liga MX el 7 de diciembre de 2020, en plena pandemia, reemplazando a Enrique Bonilla. No era un novato: licenciado en Derecho por la Universidad Anáhuac, con posgrados en London School of Economics y la Universidad de Chicago, y un pasado como titular del IMSS y Cofepris, traía un perfil de escritorio más que de cancha. Pero, ¿qué hizo bien?:
- Estabilidad Económica: En un momento donde el fútbol mexicano tambaleaba por la COVID-19, Arriola logró que los clubes reportaran ingresos y gastos con más transparencia. La Liga MX pasó de ser un caos financiero a tener un control económico más sólido, algo que los dueños aplaudieron en silencio mientras contaban billetes.
- Audiencia y Rating: En 2024, según él mismo presumió en TUDN, la asistencia promedio a los estadios creció, y la audiencia televisiva alcanzó cifras récord. La semifinal del Apertura 2024 rompió ratings desde 2015. ¿Casualidad o mérito suyo?. Digamos que supo vender el producto, aunque el fútbol no siempre ayudó.
- Leagues Cup: Sí, lo ponemos en “lo bueno” con reservas. Este torneo con la MLS, cocinado por Arriola, trajo millones de dólares y exposición internacional. En 2024, el América llegó a la final (aunque perdió 1-0 con Columbus Crew), mostrando que México podía competir fuera de casa. El problema viene después, pero ya llegaremos ahí.
- FAN ID: Otra de las cosas que entre comillas es positivo porque asegura que el aficionado pueda estar más tranquilo en el estadio, aunque, la violencia se sigue haciendo presente en México.
Lo malo: Decisiones que hicieron temblar las gradas
Arriola no es ningún santo en el fútbol mexicano, y su paso por la Liga MX dejó heridas que aún sangran. Aquí van los pecados capitales:
- Adiós ascenso y descenso: En 2020, con la excusa de la pandemia y la fragilidad financiera de la Liga de Ascenso, Arriola fue el rostro de su eliminación. Creó la Liga de Expansión como “semillero”, pero sin el sueño de subir a Primera, mató la meritocracia. Clubes como Leones Negros o Atlante quedaron atrapados en un limbo eterno, y los aficionados aún lo maldicen.
- El Repechaje, ese invento maldito: Lo trajo de vuelta en 2020 para “mantener la emoción”, pero muchos lo ven como un premio a la mediocridad. Equipos del lugar 7 al 12 peleando por la Liguilla diluyeron la exigencia de la fase regular. Aunque en 2023 lo ajustó al formato “Play-In” tipo NBA, el daño ya estaba hecho: la Liga MX se volvió un reality show donde todos tienen chance, aunque no lo merezcan.
- Leagues Cup: ¿Éxito o sumisión?: Sí, genera billetes, pero jugar todo en Estados Unidos y parar la Liga MX un mes entero huele a servilismo con la MLS. Los equipos mexicanos, viajando como turistas, rara vez han dominado (salvo Tigres en 2023), y la afición reclama que el torneo parece diseñado para lucir a los gringos, no a nosotros.
- FAN ID: Se suponía que iba a erradicar la inseguridad en las gradas del fútbol mexicano pero no ha sido así. Siguen habiendo escándalos, aunque se detecta con más facilidad a los agresores, la ida a los estadios sigue siendo una experiencia espantosa para los aficionados.
- Multas: En 2021, Mikel aseguró que los tres equipos que acaben en los últimos sitios de la tabla porcentual deberán cubrir los 240 millones de pesos divididos en 120 para el último lugar, 70 para el penúltimo y 50 para el antepenúltimo. Algo que ya en 2025, es una burla para nuestro fútbol. Reprimió toda competitividad y aumentó la mediocridad.
Lo que pudo hacer y no hizo: Oportunidades perdidas
Arriola tuvo chances de oro para dejar huella, pero se quedó corto. ¿Dónde falló?
- Fuerzas Básicas: Prometió potenciar a los jóvenes, pero la reducción de extranjeros de 10 a 7 en 2023 no vino con un plan agresivo para exportar talento a Europa o fortalecer selecciones menores. México sigue sin producir cracks al nivel de otros países.
- Infraestructura: Habló de certificaciones para el ascenso, pero solo un equipo (Leones Negros en 2022) cumplió. ¿Y los estadios? Muchos siguen siendo reliquias del siglo pasado, mientras él se enfocaba en negociaciones con la MLS.
- Multipropiedad: Juró combatirla, pero en 2025 aún vemos a grupos como Orlegi o Televisa con varios equipos. La promesa de “un dueño, un club” para 2026 suena más a discurso que a realidad.
- Ascenso: Seguimos en espera porque hace dos años, en 2023, había confirmado que en el verano del 2024, un equipo de la Liga de Expansión iba a poder ascender en caso de que tuviera la certificación. Actualmente el único equipo con eso es el Atlante, el club con más campeonatos en la Liga de Expansión MX. Pero lo único que seguimos teniendo es a clubes que nunca se esfuerzan por conseguir más y pagar la multa mientras otros equipos dan todo para poder pelear un lugar que hasta ahora, es en vano.
¿Qué significa su llegada a la FMF?
Que Arriola sea presidente de la FMF y siga manejando la Liga MX (hasta que digan lo contrario) es un experimento de poder concentrado. Tras la salida de “La Bomba” Rodríguez en diciembre de 2024 por un pleito con los dueños sobre un fondo de inversión, Arriola tomó el interinato y ahora se queda con el trono. Esto implica:
- Continuidad Corporativa: Su perfil burocrático asegura que la FMF seguirá siendo más empresa que pasión. Esperen más deals con la MLS, FIFA y Concacaf, pero no una revolución deportiva.
- Mundial 2026 en la mira: Como anfitrión, México necesita brillar, y Arriola tiene la presión de alinear a la Selección, la Liga y las sedes. Su experiencia en negociaciones internacionales podría ser clave, pero su historial no inspira confianza en lo futbolístico.
- Poder absoluto: Si sigue con ambos cargos, controlará todo: Liga MX, selecciones, expansión. ¿Bueno o malo? Depende. Puede agilizar decisiones, pero también huele a autoritarismo en un fútbol que ya de por sí está dominado por unos pocos.
Un futuro con doble cara
Con Arriola al mando, el fútbol mexicano está en una encrucijada. Por un lado, podría usar su olfato económico para hacer del Mundial 2026 un éxito logístico y financiero.
Por otro lado, su tendencia a priorizar el negocio sobre el deporte podría seguir apagando la chispa que alguna vez tuvo este balompié. No esperen el regreso del ascenso pronto (él mismo lo descartó en 2023), ni un cambio radical en la Selección. Su estilo es conservador: ajustes cosméticos, no revoluciones.
Héroe o villano; Arriola no es el diablo que algunos pintan, pero tampoco el salvador que el fútbol mexicano necesita. Es un burócrata astuto que estabilizó las finanzas y abrió mercados, pero a costa de la esencia competitiva y la formación de talento. Su llegada a la FMF es un “más de lo mismo” con esteroides: más dólares, más reflectores, pero ¿más goles? Eso está por verse. Mientras tanto, aficionado, sigue gritando en la tribuna, porque este señor escucha más a los dueños que a las gradas.