Directo desde Manchester, con cara de pibe tranquilo, y en menos de un año tiene al Wanda Metropolitano coreando su nombre como si fuera un himno. Julián Álvarez, “La Araña”, no solo es el nuevo verdugo del Real Madrid; es el ídolo que el Atlético de Madrid estaba esperando. Con 25 años, este argentino de Calchín, Córdoba, ha clavado goles, asistencias y una pasión que hace temblar las gradas.
El Atlético de Madrid sabe de delanteros como un chef sabe de especias: Radamel Falcao, el Kun Agüero, Diego Forlán, Antoine Griezmann, David Villa y Luis Suárez han sido joyas que el Cholo y compañía pulieron hasta brillar. Claro, se equivocaron con João Félix, 80 millones por un espejismo, pero con Julián Álvarez, “La Araña”, encontraron al heredero perfecto. Este pibe de 25 años llegó en 2024 y ya tiene al Wanda Metropolitano rendido a sus pies.
De Manchester a Madrid
Corría agosto de 2024 cuando el Atlético desembolsó 95 millones de euros (75 fijos + 20 en variables) para sacar a Julián del Manchester City, donde era un lujo en la banca de Pep Guardiola. Con 36 goles en 103 partidos y un triplete en el bolsillo, llegó al Cholo Simeone con un mensaje claro: “Quiero ser el hombre”. Y vaya que lo está siendo. Desde su debut el 19 de agosto contra Villarreal (2-2), Álvarez ha transformado al Atleti en un equipo que no solo defiende, sino que ataca con colmillo.
Sus números son un incendio: 22 goles y 5 asistencias en 41 partidos . En LaLiga, lleva 10 goles y 2 asistencias en 26 juegos; en Champions, 7 goles y 1 asistencia en 9 partidos; y en Copa del Rey, 5 goles y 2 asistencias en 6 duelos. ¿Por qué es el ídolo?. Porque no solo anota, sino que lo hace cuando más duele: dobletes salvadores, goles al Madrid y una garra que encaja perfecto con el ADN colchonero.
Con compatriotas como Rodrigo De Paul, Molina y Correa dándole la bienvenida, Álvarez no tardó en sentirse en casa. Su primer gol llegó el 15 de septiembre ante el Valencia (3-0). Pero lo mejor estaba por venir.
El Verdugo del Madrid
Si hay un motivo para que los hinchas lo idolatren, es su odio santo al Real Madrid. En tres enfrentamientos esta temporada, Julián les ha clavado 3 goles: un penal glacial en LaLiga y un derechazo imposible en Champions . Cada gol es un puñetazo en la mesa, un “aquí estoy” que hace rugir al Metropolitano y callar al Bernabéu.
Pero no todo es el Clásico. En Champions, su doblete contra Sparta Praga fue una obra maestra, y en Copa, su doblete al UE Vic salvó al Atleti de un papelón. Con 108 presiones en un solo partido de Champions, según datos de Opta, Álvarez no solo es un killer del área; es un guerrero que corre, pelea y suda la camiseta como si llevara toda la vida siendo colchonero.
¿Por qué el ídolo?
Ser ídolo no es solo meter goles, y Julián lo sabe. Es su humildad al decir “no soy un superhéroe” tras firmar, su complicidad con De Paul y Molina, compas de selección, esa vibra de pibe de barrio que conecta con la grada y esa garra que recuerda al Kun o a Suárez. Los aficionados lo ven como uno de los suyos: llegó sin ruido, pero con 22 tantos ya igualó su mejor marca europea (temporada 2022-2023 con City) y está a un paso de romperla. Su liderazgo silencioso y su olfato goleador han llevado al Atleti a pelear LaLiga (56 puntos y segundos) y soñar con la remontada en Champions.
El Wanda lo ama porque Álvarez es el alma que le faltaba al ataque: un “9” que gambetea, asiste y define con la frialdad de un francotirador. En un club donde los ídolos se forjan con sudor y huevos, Julián es el nuevo rey: joven, letal y con un hambre que no se sacia.
La combinación de técnica, audacia y sangre fría lo tiene en boca de todos.
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