El Santiago Bernabéu se prepara para recibir al Atlético de Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions League 2025, un choque que trasciende el césped y destapa las entrañas de una rivalidad centenaria. El derbi madrileño no es solo fútbol; es un relato de poder, resistencia y orgullo que hoy encuentra un nuevo capítulo en el escenario europeo más prestigioso.
Los Orígenes: De Sucursales a Enemigos
Todo comenzó a principios del siglo XX, cuando el fútbol en España aún olía a cuero viejo y a campos embarrados. El Real Madrid nació en 1902 como un club de élite, respaldado por la aristocracia madrileña. Un año después, en 1903, surgió el Athletic de Madrid (sí, con “h”, porque era una sucursal del Athletic de Bilbao), fundado por estudiantes vascos en la capital que querían su propio equipo. ¿Rivalidad desde el inicio?. No exactamente. Durante años, el Athletic madrileño fue una especie de “hermano menor” que dependía de Bilbao, mientras el Madrid se alzaba como el rey de la ciudad.
Pero la chispa se encendió pronto. En 1907, un torneo de Copa enfrentó a ambos en un ambiente ya tenso. El Madrid arrasaba con títulos regionales, mientras los rojiblancos, aún atados a sus raíces bilbaínas, sufrían para despegar. La ruptura definitiva llegó en los años 20, cuando el Athletic de Madrid se independizó y adoptó su identidad propia como Atlético. Desde entonces, el derbi dejó de ser un juego amistoso para convertirse en una batalla por el alma de Madrid.
Una rivalidad de clases y estilos
Si el Real Madrid era el equipo de los ricos, el Atlético se erigió como el estandarte de la clase trabajadora. Los blancos vestían elegancia y jugaban en Chamartín (luego el Bernabéu), un templo para la burguesía. Los colchoneros, en cambio, se mudaban de campo en campo, del Metropolitano al Vicente Calderón, siempre con ese aire de resistencia obrera. Esta dicotomía social marcó el derbi: el Madrid ganaba títulos con glamour, mientras el Atleti peleaba con uñas y dientes por cada victoria.
Y ojo, porque el contraste no solo era social, también futbolístico. El Madrid apostaba por el talento y la posesión, con figuras como Di Stéfano o Ronaldo marcando época. El Atlético, especialmente bajo el mando de Diego Simeone en los últimos años, se convirtió en sinónimo de garra, defensa férrea y contraataques letales. Dos filosofías opuestas que chocan como trenes en cada derbi.
La Champions: El ring perfecto
Si hay un escenario donde el derbi madrileño ha escrito sus páginas más épicas, es la Champions League. ¿Quién no recuerda la final de 2014 en Lisboa?. El Madrid, al borde del abismo, empató con un cabezazo de Sergio Ramos en el 92:48 y luego aplastó al Atleti en la prórroga (4-1).
Dos años después, en Milán 2016, otra final entre ambos acabó con los blancos levantando la Undécima en penales. Para los atléticos, esas noches son heridas abiertas; para los madridistas, medallas de oro.
Pero el Atlético también ha sabido devolver el golpe. En 2018, la Supercopa de Europa vio a los rojiblancos imponerse 4-2 en la prórroga, un recordatorio de que, aunque el Madrid domina el historial europeo (cuatro victorias contra dos en Champions), el Atleti nunca se rinde. Hoy, en estos octavos de 2025, el duelo promete ser otro capítulo inolvidable: el Madrid, con 15 Champions en la vitrina, contra un Atlético que sueña con su primera orejona.
Números que hablan (y duelen)
El historial total del derbi madrileño es un baño de realidad para los colchoneros: 153 victorias del Real Madrid, 74 del Atlético y 73 empates en 300 partidos oficiales hasta febrero de 2025. En Liga, los blancos lideran con 91 triunfos contra 41 rojiblancos. Sin embargo, en Copa del Rey, la balanza se equilibra un poco (20 victorias del Madrid, 15 del Atleti). Y en Champions, aunque el Madrid ha ganado más duelos directos, el Atleti ha dejado claro que puede ser un hueso duro de roer.
¿Goleadores?, Cristiano Ronaldo reina con 22 tantos en el derbi, mientras Antoine Griezmann, con 9, lidera entre los activos. Nombres como Di Stéfano (17) o Paco Campos (12) también dejaron su huella en esta guerra goleadora.
2025: El presente
Hoy, el Bernabéu será un volcán. El Real Madrid de Carlo Ancelotti llega como el rey de Europa, con Kylian Mbappé como nuevo as en la manga y una defensa sólida liderada por Courtois. El Atlético de Simeone, por su parte, trae un equipo curtido, con Griezmann y Julián Álvarez listos para castigar cualquier error. Dos empates en Liga esta temporada (1-1 en el Metropolitano y 1-1 en el Bernabéu) muestran lo parejo que está el duelo. Pero en Champions, todo cambia: un gol, un error o un genio pueden decidirlo todo.
El derbi madrileño no es perfecto. Las narrativas oficiales lo pintan como un choque de titanes, pero a veces ocultan las desigualdades. El Madrid, con su maquinaria económica y su aura de “equipo del régimen” en tiempos de Franco, siempre tuvo ventaja estructural. El Atlético, en cambio, ha construido su leyenda a base de sufrimiento y milagros. ¿Es justo que un club con menos recursos tenga que pelear contra un gigante así?, quizás no, pero esa lucha desigual es precisamente lo que hace al Atleti tan especial.
Una cosa es segura, el derbi madrileño seguirá siendo el pulso de una ciudad dividida entre la gloria y la rebeldía.