Si alguna vez viste Club de Cuervos, la icónica serie de Netflix que retrató con humor y drama el caos dentro de un equipo ficticio de la Liga MX, probablemente te reíste de sus problemas internos, sus crisis deportivas y su eterna lucha por recuperar la grandeza. Pero, ¿y si te dijera que hay un equipo en la vida real que parece estar viviendo un guion similar?
Sí, estamos hablando de Santos Laguna, un club que en la última década acostumbró a su afición a competir en lo más alto del fútbol mexicano, pero que hoy enfrenta una crisis que parece sacada de una serie de ficción. Con un torneo Clausura 2025 para el olvido, el equipo lagunero busca desesperadamente un punto de inflexión que le permita escapar del sótano y recuperar su identidad ganadora.
De equipo protagonista a crisis total
Santos Laguna ha pasado de ser un equipo temido a convertirse en una de las grandes decepciones del torneo. Acostumbrados a ver a los Guerreros peleando en la parte alta de la tabla, la afición se ha encontrado con una versión irreconocible del equipo. Tras ocho jornadas, ocupan la 16ª posición, con solo 4 puntos de 24 posibles, con una sola victoria, un empate y siete derrotas. La falta de solidez defensiva ha sido un grave problema, recibiendo 19 goles en contra, lo que los convierte en la peor defensa del campeonato.
En un torneo donde se esperaba que Santos pudiera competir por los puestos de liguilla, la realidad es que el equipo se encuentra más cerca del fondo de la tabla que de cualquier aspiración de liguilla. La afición se pregunta qué pasó con ese Santos que en la última década fue constante en la pelea por títulos.
El Club de Cuervos de la vida real
Si lo pensamos bien, Santos Laguna se parece mucho a los Cuervos Negros de Nuevo Toledo. En la serie, los Cuervos eran un equipo lleno de historia, pero su mal manejo los llevó a una crisis deportiva y a ser el hazmerreír de la Liga MX. Algo similar está ocurriendo con Santos, un equipo que en la última década se acostumbró a pelear por títulos, pero que hoy parece desmoronarse sin rumbo claro.
En Club de Cuervos, Chava Iglesias asumió la presidencia del equipo tras la muerte de su padre, sin mucha experiencia en la gestión de un club de fútbol y con decisiones cuestionables que afectaron el rendimiento del equipo. Curiosamente, en Santos Laguna, el presidente actual es Alejandro “Aleco” Irarragorri, hijo del dueño del Grupo Orlegi, Alejandro Irarragorri, lo que recuerda la dinámica de la serie.
Aleco, al igual que Chava Iglesias, ha heredado el liderazgo de un club con historia, pero enfrenta el reto de demostrar que puede sacarlo adelante en medio de una crisis deportiva. La diferencia es que, mientras Chava era un personaje inexperto e impulsivo, Aleco ha estado involucrado en la administración del club durante años. Sin embargo, las críticas han comenzado a aparecer, pues bajo su gestión, Santos ha perdido el protagonismo y la solidez que lo caracterizaba en torneos pasados.
Un equipo que no encuentra el rumbo
En la serie, los Cuervos tenían una crisis deportiva que parecía no terminar nunca. Cambiaban entrenadores, probaban diferentes jugadores, pero los resultados no llegaban. Algo similar sucede con Santos, que no ha logrado encontrar un estilo de juego sólido y ha tenido problemas para generar confianza en sus jugadores. La falta de refuerzos de peso, la salida de jugadores clave en torneos anteriores y la falta de reacción en el banquillo han hecho que los Guerreros pasen de ser protagonistas a convertirse en un equipo sin identidad.
La afición de Santos, al igual que la de los Cuervos en la serie, ha mostrado su frustración. Los seguidores del equipo lagunero están cansados de los malos resultados y exigen una reacción inmediata. El TSM, que solía ser una fortaleza, se ha convertido en un estadio donde los aficionados ya no tienen la misma confianza en su equipo. Es un ambiente de incertidumbre y decepción, muy parecido a lo que vivían los Cuervos de Nuevo Toledo con su fiel afición, que sufría derrota tras derrota.
¿Cómo lograron los Cuervos salir de la crisis?
En Club de Cuervos, el equipo ficticio logró revertir su crisis gracias a una serie de cambios clave que podrían servir de inspiración para Santos Laguna. Primero, Chava Iglesias aprendió a tomar mejores decisiones y dejó de lado su ego para priorizar el bienestar del club. También, el equipo se reforzó adecuadamente, incorporando jugadores con experiencia que ayudaron a estabilizar el rendimiento en la cancha.
Además, el entrenador tuvo un papel fundamental, motivando a los jugadores y encontrando una estrategia que permitiera explotar las fortalezas del equipo. Pero, sobre todo, los Cuervos lograron salir adelante gracias a un cambio en la mentalidad del vestuario: dejaron atrás la incertidumbre y se enfocaron en recuperar la garra y el espíritu competitivo que los había caracterizado en sus mejores tiempos.
¿Puede Santos aplicar la misma fórmula?
Si Santos quiere dejar de parecerse a los Cuervos de Nuevo Toledo, necesita encontrar soluciones en varios aspectos. La defensa ha sido un desastre, los refuerzos no han marcado diferencia y la falta de liderazgo dentro de la cancha se ha hecho evidente. La directiva, liderada por Aleco Irarragorri, debe tomar decisiones importantes para que el equipo no siga en caída libre.
Para salir de esta crisis, Santos necesita recuperar la confianza. La victoria ante Atlas podría ser el primer paso para recuperar la confianza, pero para salir del fondo de la tabla, el equipo necesita mejorar en defensa, recuperar su ofensiva y demostrar que aún tienen la mentalidad ganadora que los caracterizaba.
Si algo nos enseñó Club de Cuervos, es que en el fútbol todo puede cambiar con una buena racha. Santos todavía tiene tiempo para revertir la situación, pero necesita encontrar soluciones inmediatas. La victoria ante Atlas podría ser el primer paso para recuperar la confianza, pero para salir del fondo de la tabla, el equipo necesita mejorar en defensa, recuperar su ofensiva y demostrar que aún tienen la mentalidad ganadora que los caracterizaba. Así lo declaró el entrenador de Santos:
“Lo más importante en el jugador es lo anímico y hoy está por debajo del suelo. Necesitamos trabajar (…) esto es mental. Por más que haga 50 sesiones, si no están bien en lo mental, no vamos a ganar”.
Si Santos quiere dejar de parecerse a los Cuervos de Nuevo Toledo, necesita encontrar soluciones en varios aspectos. La defensa ha sido un desastre, los refuerzos no han marcado diferencia y la falta de liderazgo dentro de la cancha se ha hecho evidente. La directiva, liderada por Aleco Irarragorri, debe tomar decisiones importantes para que el equipo no siga en caída libre.
El club lagunero está en un momento crítico y la pregunta es clara: ¿será capaz de escribir su propio final feliz, o terminará como los Cuervos, en una espiral de caos y fracasos? En el fútbol, como en una buena serie, los giros inesperados pueden cambiar la historia. El destino de Santos aún está por escribirse.